28.11.16

¿Por qué escribe Agustina Bessa-Luís?













Escritora portuguesa Agustina Bessa-Luís, en su recopilación de escritos Contemplación cariñosa de la angustia: "Escribir es esto: conmover para ahuyentar la angustia y aliviar el miedo".  No sé si es una reflexión  - a cierta edad las reflexiones van siendo conclusiones-  que el temor a lo que queda por vivir puede traer. Las referencias, siempre en el pasado. no garantizan sino experiencia, un haber vivido con gratificaciones y desdichas. La angustia se reafirma con los años y el miedo se vuelve más tangible, carente como está el anciano de los recursos y la fuerza de otro tiempo. Consciente de que los males que a veces se creía conjurados persisten, los desentendimientos se afianzan, los eternos conflictos adquieren nuevos rostros pero siguen siendo lo mismo."Pienso que el escritor de mayor éxito (no en las ventas, sino en su adaptación profunda a la sociedad) es aquél que protege a los hombres del miedo: por su audacia, delirio, imaginación, piedad o transfiguración." ¿No recuerda esto que acaso ese fue el objetivo de las narraciones orales en principio y de los primeros textos literarios de los clásicos? ¿No serían los relatos de mitos y de héroes ya una anticipación de este pensamiento de la escritora lusa? Continua Agustina: "Pero por qué se escribe, eso no se sabe con certeza. Porque la exactitud poética de un acto humano no corresponde totalmente a su evidencia. Se ama la palabra, se usa la escritura, se despiertan las cosas del silencio en que fueron creadas. Después de todo, escribir es algo así como corregir el destino, que es ciego, mediante un regocijo de la Naturaleza, que es precavida." Acaso escribir no sea poner orden en el caos, sino más bien que el individuo que escribe es un cómplice de éste. 




26.11.16

La fragilidad de los sofismas













Raúl Castro, presidente de Cuba, tras la muerte de su hermano Fidel: "Hasta la victoria siempre", viejo eslogan de la revolución castrista. Pablo de Tarso, ideólogo y predicador cristiano, en Corintios, 1.15: "¿Dónde, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" (Versión Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera) 

Cuando las afirmaciones tajantes y aparentemente sólidas de unos, y las preguntas con respuesta implícita y no menos ideológica de otros exhiben su frágil rostro de sofismas. Pero hay una hora del desenmascaramiento. La nada no reconoce victorias, ni dominios efímeros. ni vanidades humanas, ni salvaciones, ni dioses.