29.11.14

La bondad del asno: Platero y yo
















"¡Pobre asno! ¡Tan bueno, tan noble, tan agudo como eres! Irónicamente... ¿Por qué? ¿Ni una descripción seria mereces, tú, cuya descripción cierta sería un cuento de primavera? ¡Si al hombre que es bueno debieran decirle asno! ¡Si al asno que es malo debieran decirle hombre! Irónicamente... De ti, tan intelectual, amigo del viejo y del niño, del arroyo y de la mariposa, del sol y del perro, de la flor y de la luna, paciente y reflexivo, melancólico y amable, Marco Aurelio de los prados..." Enjundioso y vindicativo Juan Ramón Jiménez en Platero y yo,  rompiendo una lanza a favor de la bondad del animal. Poniendo los puntos sobre las íes de la malicia del hombre. Nunca entendí que se aplicara el calificativo de burro al individuo torpe o manazas o agresivo. No sé si hemos sido generosos con los animales que tanto nos han aportado. Tanta ternura del poeta no tiene cabida en el lenguaje de la granja humana, donde se malgastan y desvirtúan a lo tonto las palabras. A veces el cuerpo pide la lectura calma de una obra clave que aporta serenidad y reflexión. Y que los adultos parece que hemos olvidado. Como a los entrañables asnos.



Mosaico romano