26.5.14

Cuentos de la selva
















Tras la celebración democrática de ayer, ni pintada viene esta Canción nocturna en la jungla, de El libro de la selva, de Kipling:

"¿Cómo te fue en la cacería, cazador atrevido?
Larga fue la espera, hermano, y pasé mucho frío.
¿Dónde está la presa que anunciaste matarías?
Sigue viva, hermano, y en la jungla todavía.
¿Qué ha sucedido con la fuerza que te enorgullecía?
Herido estoy, hermano, y se me escapa por la herida.
¿Dónde quedaron las prisas con las que siempre corrías?
Hermano, me voy a morir a mi guarida."

Todas las selvas se parecen. Los humanos, como animales que somos, pertenecemos a una selva muy compleja, con sus peculiaridades. La selva hispanica tiene su idiosincrasia, ni peor ni mejor que otras, por lo que se está viendo por ahí fuera. Cuando uno ve el cuento de la selva próxima y los batacazos sonoros que se llevan los soberbios y quienes confían aún en ellos, no puede por menos que pensar en los personajes de Kipling. Ahora bien, ¿quién es el cazador? ¿Quién el tigre? ¿Quién Mowgli? ¿Quiénes los otros cazadores, los otros animales, las otras presas? ¿Quién tiene la osadía de pretender narrar sin formar parte de la escena? El día después siempre es el día anterior de otro capítulo. Sigamos vivos y generando vida, a pesar de la obstinación de los cazadores.




















Ilustraciones de Józef Wilkon para El libro de la selva, editado por El zorro rojo