31.3.14

Las palabras de Octavio Paz




















"También la luz en sí misma se pierde", cantaba Octavio Paz. La luz, siempre la luz, que está y no está. Está aunque cerremos los ojos. No está siempre cuando los abrimos, muy a nuestro pesar. Su condición extraviada se suma a nuestra propia condición. ¿Seremos como la luz? ¿Y como el viento y como la lluvia y como el silencio? Círculos concéntricos que crecemos en mayor o menor medida cuando la piedra del destino cae en medio de nuestra materia inconsistente. Hasta disolverse. Destino de los hombres. Destino del poeta. Octavio Paz, de haber vivido, habría cumplido hoy cien años.


"DESTINO DEL POETA

¿PALABRAS? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.

También la luz en sí misma se pierde."

















30.3.14

Un poema sesudo de Anise Koltz














Anise Koltz, poeta luxemburguesa, en El tragador de fuego:

"Ayer los hombres temían
el porvenir

Hoy el provenir
teme a los hombres."

Puede que en cualquier momento el porvenir se plante. Y nos deje a la intemperie. No hay fecha fijada pero todo va veloz. Volver atrás no serviría. La experiencia no parece que nos haga ni más sabios ni más cautos. Sólo más desesperados.





29.3.14

Lewis Hine: construcción y destrucción
















"Quise hacer dos cosas.
Quise mostrar lo que había que corregir;
quise mostrar lo que había que apreciar."


Lo dijo el fotógrafo Lewis Hine.  Lewis Hine. Construir una nación, es el título de una exposición que vi ayer y cuya impresión me dura. Como se trata de uno de los fotógrafos históricos de los Estados Unidos, sus imágenes son muy conocidas y en la Red se pueden encontrar muchas. Pero ver originales en directo, esa belleza que logra obtener el ojo que capta el alma del objeto, en fotografías de dimensiones más bien pequeñas, es otra cosa. Excelsa, no obstante la temática. Fotógrafo testimonial de la construcción americana, basada en la destrucción de vidas, sobre todo de inmigrantes. Testimonio del trabajo duro y de muchas horas diarias en acerías, en minas, en la construcción de edificios, en las textiles, en los campos de algodón. Trabajo infantil, desde niños con cinco años en tantos casos, por cinco centavos de dólar al día. Pobreza de la vida doméstica del proletariado urbano. Rostros de la explotación y de la miseria, con sus caracterizaciones confusas o tristes o agotadas. Cada imagen es una lección de historia. Una enseñanza sobre el sacrificio de las vidas para lograr fines que no siempre benefician a toda la sociedad de igual modo. Un cuestionamiento moral sobre las repugnantes leyes del mercado. 

Lewis Hine rescata a los verdaderos protagonistas de la construcción del país, acudiendo a los lugares donde trabajaban arduamente o malvivían. Reclama su atención para situarles en un plano casi imposible. El del reconocimiento, el que les sitúa en su humanidad, y no solo en su tristeza o ruda actitud. El de la recuperación de la imagen de la dignidad. Detrás del horror, siempre la belleza, plasmada sobre todo en la inocencia de los niños, perturbada por el tipo de vida que llevaban. Lewis Hine plasmó la barbarie de los propios, la del rostro humano.




















28.3.14

Terrible Catulo y los celtíberos




















Deleite de leer al poeta transgresor Catulo. Deleite por comprobar el desquite verbal que se gastaba con sus enemigos o simplemente con los que le caían antipáticos. Deleite por ciertas informaciones sobre usos y costumbres de nuestros antepasados. En el mejor humor grueso de un Quevedo, del refinamiento de Moratín, de la ironía de un Larra o de la comicidad de un Fernández Flórez, por citar a algunos de nuestros intérpretes patrios: 

"Egnacio, por tener blancos los dientes, sonríe continuamente en todas partes. Si se acerca al banquillo de un acusado, cuando el orador provoca el llanto, él sonríe. Si hay lamentos junto a la pira de un buen hijo, cuando la madre, desolada, llora a su único hijo, él sonríe. Sea lo que sea, dondequiera que sea, ocurra lo que ocurra, sonríe: tiene esa enfermedad ni elegante, según creo, ni educada. Por eso, tengo el deber de darte un consejo, buen Egnacio. Si fueses de la Urbe, o sabino, o tiburtino, o un grueso umbro, o un obeso etrusco, o un lanuvino moreno y de buenos dientes, o traspadano, por mentar también a los míos, o quienquiera que sea que se lave los dientes con esmerado aseo, ni aun así querría yo que tú rieras siempre en todas partes y por cualquier cosa: pues nada hay más tonto que una risa tonta. Ahora bien, eres celtíbero. En la tierra de Celtiberia, con lo que cada uno ha meado, suele frotarse por la mañana los dientes y las rojas encías, de modo que, cuanto más limpios estén esos dientes tuyos, tantos más orines proclamarán que tú has bebido." 

No sé si con ello pretendía Catulo reprochar su ordinariez a nuestros abuelos celtíberos, o simplemente desacreditar al pobre Egnacio. Más bien creo esto último. Lo que no sé si sabría el poeta de la Urbe, como le gustaba presumir, es que probablemente las prácticas de aseo aparentemente sucias en un sentido podían ser sumamente higiénicas en otro. A mí me han contado pastores de otro tiempo, y muy viejo tiempo, cuando no había cremas for hand, que las grietas de sus manos, producto de estar sometidas tantas horas al riguroso clima de los inviernos castellanos, las trataban orinando sobre ellas. Los investigadores de hoy lo explicarían. En fin, que nadie vaya a lavarse después de esta entrada, que aquí solo son palabras, pues humanus sumus, y venimos de muy antiguo.




Dibujo de The History of Costume, de Braun & Schneider



26.3.14

Apocalíptico Internet, visto desde Dan Dennett











Filósofo estadounidense Dan Dennett, metiéndonos el miedo en el cuerpo o poniéndonos el cuerpo a salvo, según se vea: "Internet se vendrá abajo y cuando lo haga viviremos oleadas de pánico mundial." ¿Hasta ese punto de dependencia hemos llegado? Para el filósofo, sí: "Internet es maravillosa pero tenemos que pensar que nunca hemos sido tan dependientes de algo. Jamás. Si lo piensas, es bastante irónico que lo que nos ha traído hasta aquí nos pueda llevar de vuelta a la edad de piedra." ¿Exageración o realismo? ¿Visión clarividente o amenaza maniquea? ¿Rigurosa deducción o conclusión provocadora? ¿Susto o muerte, que dice el chiste? En cualquier caso pone el dedo en la llaga, y es que la crisis social está en ciernes y probablemente con múltiples rostros. En la coyuntura tensa del momento histórico un colapso tecnológico puede suponer la chispa de un incendio superior. 

El miedo al vacío siempre ha espantado a los humanos. Y hoy el problema acaso no sea tanto habernos colgado de modo exagerado de las nuevas tecnologías como haber dado la espalda a las relaciones sociales. Incluso arrastrar un importante desperdicio del tiempo que nos ha llevado a rehuir la práctica de las habilidades personales. Esas que pueden ir desde la meditación hasta la amplia variedad de ejercicios manuales pasando naturalmente por la lectura, el encuentro con otros, la ayuda al vecino, la intervención cívica y el debate cara a cara. "Lo que digo no tiene nada de apocalíptico, puedes hablar con cualquier experto y te dirá lo mismo que yo, que es cuestión de tiempo que la red caiga. Lo único que digo es que deberíamos prepararnos", insiste Dan Dennett en plan gurú. ¿Es posible recuperar un sistema de relaciones humanas al que hemos dado la espalda? ¿Podemos reconstruir la red no virtual y sí de aproximación directa de un tejido social que parece que hemos contribuido a deshilachar? ¿Entraremos en una nueva etapa donde armonicemos la comunicación directa con el uso no alienante de los medios tecnológicos? Recurramos a Antonio Machado una vez más:

"Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar."



25.3.14

Un crimen histórico en el olvido
















A propósito de una historia heroica de guerra. Heroicidad apenas reconocida. Leo por alguna parte que durante la Primera Guerra Mundial murieron ocho millones de caballos. ¡8.000.000! ¡Ocho! 

Problema aritmético: teniendo en cuenta el infinito número de guerras y de cacerías que han tenido lugar desde que las primeras civilizaciones utilizaron al noble animal para sus más execrables fines, calcular con un margen de + - equis caballos cuántos millones más han podido morir a través de la historia no tan excesivamente larga de la Humanidad. No entremos a valorar ahora el número de caballos que murieron como animales de tracción o de carga en períodos de paz o como recreo de señoritos y transporte de aventureros de todos los pelos. La heroicidad y el sacrificio no es propiedad exclusiva de los humanos.Pero mientras a éstos se les honra -inútilmente, eso sí, ya que las vidas no son devueltas por quienes desencadenan las guerras- a los caballos y otros animales se les condena al olvido. Nuestra mentalidad egoísta y explotadora ha considerado a los caballos parte de nuestros recursos. La otra mano de obra. La del silencio, porque creemos que los animales no saben hablar. 

La información citada me ha dejado melancólico. Mi sangre indignada sabe esta noche a caballo sediento de justicia. Recuerdo aquel poema-plegaria de Juan Eduardo Cirlot en Oraciones a Mitra y a Marte:


SOL INVENCIBLE, VENCE
mi corazón
mi razón

conviérteme en león
en fuerza que convence

raza
maza
amenaza


¿Me escucharán los dioses y, sobre todo, el más importante de todos, el Sol?




24.3.14

Los clónicos de la vaciedad
















"No importa la verdad, Tommy, lo que importa es lo que parezca la verdad", dice el polícia amigo que resulta traidor al inspector protagonista (interpretado por Mel Gibson) del film sobre corruptos Al límite. Pienso en la parafernalia que se nos ofrece mediáticamente estos días a propósito de la muerte de un personaje público del pasado y en sus apariencias. Pienso en lo que se oculta y en lo que se desplaza. Pienso en lo unidos que están verdad y dignidad. Pienso en el vínculo entre dignidad y libertad. Pienso en que estos conceptos serán meras abstracciones si no laten en el corazón de los hombres y generan vida. No sé si ya será tarde, pues sospecho que nos hemos convertido en meros espectadores del entorno donde los conceptos mentados -dignidad, verdad, libertad, compromiso- quedan desvalorizados. El filósofo que citaba ayer, Byung-Chul Han ya avisa: "Hoy el ser ya no tiene importancia alguna. Lo único que da valor al ser es el aparecer, el exhibirse. Ser ya no es importante si no eres capaz de exhibir lo que eres o lo que tienes." ¿El triunfo de la apariencia y de lo inconsistente? De esta, todos clónicos de la vaciedad.



La obra es del pintor Jorge Ballester


23.3.14

El impulso de Eros, según Byung-Chul Han














“El pensamiento en sentido enfático comienza bajo el impulso de eros. Es necesario haber sido amigo, amante para poder pensar. Sin eros, el pensamiento pierde la vitalidad y se hace represivo.” ¿Boutade o conclusión empírica del filósofo Byung-Chul Han? Pienso entonces en los primeros diálogos que tuve cuestionando el mundo, las primeras polémicas, los primeros debates. ¿Circunscritos a lecturas o clases rigurosas? Más bien al banco de un parque con los amigos fieles, a la tertulia de las tardes con los compañeros generosos que buscábamos cambiar lo establecido o al abierto encuentro amoroso. Porque la tendencia a cuestionar lo admitido y a preguntarse sobre lo desconocido se cruzaba siempre de modo trasversal en las relaciones con los demás. ¿Quiere decir esto que amistad, amor y pensamiento fueron casi siempre de la mano? Tal vez unas conductas facilitaron el paso a lo otro. La idea del pensador coreano es estimulante y cargada de propuesta. El eros, con esa esencia que lleva de componente lúdico, oxigena la capacidad de ejercitar un pensamiento sin límites. Donde no debe caber su uso para ejercer totalitarismo alguno ni hacia los demás ni sobre uno mismo. Tal vez no se puede pensar con acierto sin considerar a los otros. Sin nuestra recíproca aproximación. Sorprendente lo que se lee en la entrevista en Babelia a este filósofo.




22.3.14

Combate con la vejez














La vejez tiene sus extensiones en la literatura. Algunas francamente irónicas y divertidas, no todo va a ser drama. "Puede estar tranquila -dice el diablo a la mujer en el precioso relato de Pessoa La hora del diablo- porque no le faltaré al respeto. Sé muy bien que hay otras formas de faltar al respeto accesorias e inútiles, como las de los novelistas modernos y las de la vejez." No me extraña ya nada la obsesión sanísima de Pessoa por sus heterónimos. ¿Sólo como una manera de ver y vivir el mundo desde diferentes ángulos y cuerpos mutantes? ¿O también como un modo de conjurar el implacable avance del tiempo y sus efectos de deterioro? El clarividente autor luso no es el único que se busca desde una expansión de personalidades  -literarias o físicas totales- y así Jorge Semprún, que padeció lo suyo y arriesgó en distintas circunstancias el todo por el todo, en La escritura y la vida reconocía: "Me convertí en otro para poder seguir siendo yo mismo." Sigo pensando cada día en la dimensión de los otros Yo, de las otras personalidades nominales, en cada jornada que transcurre donde nuestras convicciones morales y estéticas se ponen a prueba sin cesar. ¿Solamente son otros nombres o se persiguen otros rostros? ¿Se queda únicamente en la máscara? Tal vez se trate de una de las formas del combate con la vejez. Instintos de supervivencia.



Fotografía de Jorge Molder


20.3.14

Aviso a navegantes del ridículo















Cuando las barbas de Juan de Mairena veas pelar..."De la vejez poco he de deciros, porque no creo haberla alcanzado todavía. Noto, sin embargo, que mi cuerpo se va poniendo en ridículo; y esto es la vejez para la mayoría de los hombres. Os confieso que no me hace maldita la gracia." ¿Opinaría lo mismo Antonio Machado de vivir en nuestros días? ¿O sucumbiría a toda la gama anti envejecimiento que nos venden? De entrada se estremecería ante el mercado abundante de productos para la supuesta conservación del cuerpo: gimnasios, tratamientos faciales, look de cabellera, reforzamientos musculares, cuidados contra la calvicie, dietas adecuadas (supuestamente), lifting llegado el caso, vestir más juvenil...Cierto que con estos tiempos de modas múltiples el efecto placebo al menos ya lo tienes asegurado una vez te pasan la visa, siquiera por una temporada. Pero, ¿desaparece también el efecto ridículo o solo se posterga? Claro que por mucho que tratase su apariencia, el irónico y realista Don Antonio se vería castigado en su físico por las inclemencias externas. Con la perspectiva del  país que se repite en su propio bucle, el paisaje que se ofrece destrozado y el paisanaje que no acaba de modernizar la conciencia me temo que su frente se vería surcada por arrugas antes de tiempo. Seguiría pagando el precio de la dignidad frente a lo patético (esto en el peor sentido)




19.3.14

Los objetos sustitutivos de Richard Ford













“Los relatos y también las novelas -es lo que he llegado a comprender a partir de la experiencia de escribirlos-, son objetos sustitutivos." Richard Ford en Flores en las grietas. ¡Pero qué objetos, oiga! Ya quisiéramos muchos sustituir nuestras deficiencias, frustraciones, carencias y olvidos con el arte de escribir. En muchos individuos la necesidad interior -poned el plural si queréis- se pretende cubrir con productos de consumo grotescos y al alcance previo pago. Otros generan actividad compensatoria creando con las manos, los pinceles, la lectura, la imagen o con el devaneo del pensamiento filosófico. Espléndido análisis-confesión de Richard Ford: " Tienen su origen en impulsos vigorosos y desordenados; se proveen de acumulaciones azarosas de vida volcada en palabras, y en su creación se valen de la desgracia, la memoria defectuosa, la comprensión tergiversada, el hastío, casi todo tipo de engaño imaginable, el azar y la insistencia en un vocabulario cada vez más inadecuado que requiere de la imaginación, todo lo cual culmina, a menudo en un objeto en tensión, difícil de contener y que sólo se sostiene gracias a un control feroz y a veces insuficiente…” ¿Quiere decirnos el escritor que la escritura pone orden en el caos de la conducta vital? No necesariamente. El orden difícilmente genera creación alguna, solo normaliza y perpetua como estereotipo y referencia lo ya hecho que, como tal, tiende a envejecer. El tráfago de experiencias desiguales, el choque entre antagonismos, la resistencia de conductas, la merma de comunicación, la espiral reacción-acción (o viceversa), los desamores, las pérdidas...todo desata impulsos confusos y a veces de callejón sin salida aparente. Pero por ahí anda el caldo de cultivo de una escritura sustitutiva del marasmo y la desintegración.



18.3.14

Nosotros, los mosquitos




















¿Mal de muchos, consuelo de necios? Un poema al azar -el azar de abrir un libro que buscaba, luego no tanto azar- de uno de los grandes haijines, Kobayashi Issa:

Para el mosquito
también la noche es larga,
larga y sola.

La insignificancia tiene sus tiempos y sus proporciones. Y ocupa todos los territorios y no distingue de géneros ni especies. ¿Hemos creído ser menos efímeros y más grandes que esa especie doméstica? Trece mil ochocientos millones de años, según los físicos, nos contemplan desde los primeros momentos expansivos del cosmos. ¿No somos acaso sino mosquitos en comparación con esos iniciales balbuceos del caos y todo lo que ha venido después? Pero mientras, desde nuestra relativa menudencia, seguimos observando, como los cuervos de Yosa Buson. Aunque sea las huellas que creímos perdidas.






17.3.14

Café matutino con Aki Kaurismäki












El café a las siete de la mañana entona y sabe rico, pero a veces resulta amargo. "Antes la clase trabajadora era otra cosa. Había esperanza. Pero ya no hay capitalismo, ahora hay sadismo. Esclavos que no saben si van a ser despedidos al día siguiente.” Lo dice en una entrevista Aki Kaurismäki, el director de cine finlandés que hace años me hizo disfrutar de lo lindo con su película Contraté un asesino a sueldo. Si en aquel film había un ángel de la guarda con forma de azar y otro con un disfraz no menos azaroso llamado amor, no sé por dónde andarán ahora. Porque a las próximas generaciones no las va a salvar ni la publicidad, salvo que se procuren por sí mismas. Sí, decididamente he sobrecargado la cafetera y aún es muy pronto. 



15.3.14

Símbolos en la película Perfect sense





La voz en off recurrente en la película Perfect sense dice en un momento determinado, cuando la gente va perdiendo algunos de sus sentidos: "Todos se centran en las cosas que son importantes para ellos. Todo lo que hay más allá de la grasa y la harina." Y la imagen que respalda este comentario es el de una mujer leyendo. Que el guionista haya elegido la imagen de una lectora para definir una supuesta alternativa a una situación extrema  -esa pérdida paulatina e irreparable de los sentidos, que conduce al límite y posteriormente a la oscuridad- me ha gustado. Haga o no abstracción del resto de la película, su contenido simbólico me parece una llamada a la razón de la lectura como alternativa a las diversas pérdidas cotidianas que sufrimos. Pérdidas que una vez aceptadas crean una nueva normalidad. Película metáfora que me ha atrapado. Conozco gente que ha perdido el sentido del gusto o del olfato y no te cuento del oído o de la vista. Pero imaginarte una cadena de pérdidas de todos los sentidos por parte de toda la humanidad solo desembocaría en la desaparición de la especie. Ese secante fundido en negro final de la película. Si bien el guionista y el director salvan el sentido del tacto  -¿porque dicen que es el último en perderse o porque hay que dejar abierta una esperanza al terminar la película?-  no hay más allá. Sí, que el espectador no considere el film un mero juego cuya realización pueda ser más o menos acertada. Mi lectura se sintetiza en esa escena fugaz de una mujer que lee. Que el espectador reflexione sobre lo que se va yendo de nosotros mismos cada día que pasa y en las propuestas que podemos hacernos para no quedar carentes del todo. Por cierto, el fotograma que incluyo  -la mujer que mira la hoja-  es un símil paralelo al de la mujer que lee un libro. Al fin y al cabo, ahí también hay otra lectura: su pensamiento perdido hacia...




14.3.14

Dos veces, sugiere Friedrich Nietzsche




















Nietzsche en El caminante y su sombra: " Decir dos veces. Es bueno expresar una cosa enseguida dos veces y darle un pie derecho y uno izquierdo. La verdad puede ciertamente tenerse sobre una sola pierna; pero con dos andará e irá por ahí." Creo que es mejor todavía pensarlo -antes- dos veces. Más prudente, más práctico, más capaz para elegir el pensamiento o la idea a expresar. Pensar dos veces puede refrenar a tiempo una expresión indebida. Y si no la emitimos, porque no estamos seguros de nuestro enfoque o de la corrección de lo decidido, no pasa nada. El silencio a tiempo puede hacernos andar más seguros. Medir, sopesar, dar vueltas desde ángulos diferentes: la mente nos permite esa opción. Tal vez se evitarían a tiempo muchos males. O al menos, muchas confusiones o desatinos... y, por cierto, bastantes enemistades.  La verdad suele patinar con facilidad sobre dos piernas, así que no quiero imaginar qué golpe se llevaría si lo hace solamente sobre una. Naturalmente alguno afirmará: pero hay más valor en la decisión espontánea y sincera que en la reflexionada. Dejadme responder rascándome la nariz: hummm.



Grabado de Jacques Callot


13.3.14

El silencio del árbol de Sohrab Sepehrí
















"La reconstrucción del silencio
me perturbó.
Vi que el árbol existía.
Si existe el árbol,
es claro que hay que existir."


Sohrab Sepehrí, poeta sufí contemporáneo. Lo traigo aquí como búsqueda. Solo he leído esto de él, pero busco más. Necesito encontrar más. Probablemente estamos hechos más de silencio que de ruidos. Nuestra existencia se vincula a muchas otras existencias. Que traspasan la especie, que conectan las materias, que hablan en plural siempre. Y cuyo silencio se nos confía para confirmarnos en las ganas de vivir.





12.3.14

La emocionante claridad de Alba Pedro















Emoción en tiempos escasamente altruistas. Alba Pedro, estudiante de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones de la Universidad de Zaragoza al recibir el 'Premio al Estudiante': "No estaría aquí sin una educación pública y los profesores que no sólo me formaron académicamente, sino que me inculcaron valores enormemente valiosos y nobles, como que todas y todos debemos tener las mismas posibilidades y oportunidades,y que ni la situación social, ni el género, ni la raza, ni la orientación sexual deben limitar nuestras ganas de soñar y de llegar hasta donde deseemos llegar. Tampoco estaría hoy aquí si no hubiese disfrutado de una sanidad pública y gratuita que me ha permitido crecer y formarme en un ambiente de seguridad, donde mis personas queridas han recibido la mejor asistencia cuando han enfermado, y no ha sido necesario invertir dinero en ello recortándolo en mi educación, mi sustento, mi posibilidad de estudiar en el extranjero."

Alba Pedro matiza su testimonio, que reviste características conscientes de un Manifiesto ético y político inaudito, y ciertamente eufórico: "Mi compromiso político, social, existencial, vital va más allá de alcanzar la excelencia académica y es, al mismo tiempo, condición de posibilidad para llegar a ello: estoy comprometida a no abandonar la historia, porque no quiero que caiga en olvido que todo lo que tenemos ahora, todos estos derechos y prestaciones de los que podemos disfrutar, han costado esfuerzo conseguirlos, y debemos seguir defendiéndolos. Siempre debemos aspirar a más. Sabemos que a veces luchar por todo esto conlleva consecuencias injustas, pero asumimos el riesgo y apostamos por la solidaridad frente a su represión.”

La emoción no se me suscita sólo por estas palabras, que ya tienen por sí mismas su densidad, sino por su gesto. Ha entregado el importe del premio a una caja de resistencia: "La lucha a veces conlleva consecuencias injustas, pero asumimos el riesgo y apostamos por la solidaridad frente a su represión. Por este motivo voy a destinar el dinero que se me concede a una caja de resistencia que apoya a cuantos siguen luchando para que cualquier persona, sea quien sea y venga de donde venga, tenga la oportunidad de llegar hasta donde desee". ¿Quién dijo que la competencia y la insolidaridad es lo único que campa en nuestros días? Alba Pedro: "Yo he tenido la oportunidad de recibir este premio gracias a todo el apoyo que he tenido, el mismo que pretenden arrebatarnos por medio de las actuales políticas de recortes de los derechos sociales que tanto dolor están trayendo a tanta gente." Eso es tenerlo claro. La emoción de la esperanza. Que prospere en las actitudes cotidianas.



11.3.14

La vida libre de Epicuro























"Una vida libre no puede llegar a poseer muchas riquezas". Epicuro dixit en una de sus máximas. Pero ¿no se nos traslada en la actualidad que cuanto más tienes más puedes y más dispones y más disfrutas? Probablemente también en tiempos del filósofo griego se pensara de modo análogo, de ahí que Epicuro precisase: "Las riquezas no son fáciles de alcanzar sin servir a la multitud o a los poderosos." Acabemos: las riquezas no llegan de modo limpio, parece decirnos el sabio. Uno piensa entonces que la disyuntiva se reduce o se elimina, puesto que la multitud -hoy la denominaríamos en plan sociología moderna masa- tiene como modelo a los poderosos. La libertad individual es uno de los leiv motiv de la publicidad comercial con que se machaca a multitudes, masas, tribus e individuos. Una parada en medio del despliegue de spots: ¿Estamos convencidos de que la posesión nos hace libres? Epicuro, o era un idealista infatigable o un envidioso encubierto: "La vida libre -dijo-  ya es dueña de toda clase de bienes en permanente abundancia." ¿Habíamos caído en ello? Ciertamente, hay que mirar para otra parte y, sobre todo, hacia otra dimensión, la interior. Aunque nos parezca que no basta. Epicuro nos legó otra máxima, que puede ser interpretada desde miradas diferentes e incluso opuestas: "Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco." ¿Iba descaminado este filósofo que ha sido silenciado sistemáticamente a lo largo de la historia por los dogmáticos del sufrimiento?



Pintura de Lawrence Alma Tadema


10.3.14

Mensaje a los ociosos por parte de Dostoievski




















Pasó el carnaval oficial. El permanente humano continua. Tiempos de cuaresma, antes obligados, ahora para gustos de adeptos. Que muchas de las cuestiones humanas de hoy día ya se reflejaran con acierto en las obras de Dostoievski da idea del ojo clínico del escritor. Da en el alma rusa, dicen algunos, para hacerlo más local. ¿En el alma rusa? ¡Toca el alma humana!, y ahí se convierte en absolutamente universal, sea cuales sean las formas y representaciones de territorios, poderes y costumbres. Dice el personaje Fiódor Pávlovich en la novela Los hermanos Karamázov: "Padres monjes, ¿para qué ayunan? ¿Cómo esperan recibir a cambio una recompensa en el cielo? ¡Por una recompensa así yo también ayunaría! No, monje santo, lo que tienes que hacer es practicar la virtud en esta vida, ser útil a la sociedad en lugar de encerrarte en un monasterio con la comida asegurada y no esperar la recompensa allí arriba: ya verás cómo así cuesta un poco más." Por supuesto, si esto se lee de manera más amplia -no circunscrita a monasterios u otros predios clericales- y adaptada a nuestros días, ¿no se percibe aún un cierto hilo de continuidad? Hay quien piensa que el modus vivendi de aquellos sectores improductivos tradicionales de la sociedad se ha adaptado a los tiempos, pero sujetando -en connivencia con el Estado- las bridas de su propiedad en este mundo. Naturalmente, el casamiento con el Estado -con sus variantes y conversiones- ya viene de lejos. Ahí no somos nada modernos. 



 Pintura de Dmitri Anatolyevich Belyukin


8.3.14

Las amarguras latentes que describe Dostoievski




















"...Hay en el pueblo una amargura silenciosa, infinitamente paciente; esta amargura se encierra en sí misma y calla. Pero hay también una amargura lacerante: de pronto rompe en llanto y desde ese instante se deshace en lamentos. La padecen sobre todo las mujeres. Sin embargo, esa amargura no es más llevadera que la amargura silenciosa. El único consuelo que dispensan los lamentos es el de enconar y desgarrar aún más el corazón. Esta clase de amargura no busca siquiera consuelo, se nutre del sentimiento de insaciabilidad. Los lamentos responden tan solo a la necesidad de hurgar sin descanso en la herida." Incisiva descripción de Fiódor Dostoievski en Los hermanos Karamázov. Las historias del sufrimiento vienen desde lejos. Según qué, cómo y dónde, algunas se han amortiguado. Otras no. Las heridas son antiguas y siguen estando ahí, en acto o en potencia, no obstante los cambios de conductas sociales. Los cambios no están garantizados para siempre por la mera inercia temporal. La inercia por sí misma no asegura la protección ni a la sociedad ni al individuo. El individuo perece si no resiste y no reacciona cada día. El día sabe de luz y sombras, como el ser humano. Pero es el hombre quien debe elegir en cada jornada entre la claridad y las tinieblas. 


Dedicado a todas las mujeres y en especial a las que pasáis por aquí.



Pintura de Kuzmá Petrov-Vodkin


7.3.14

Un comentario encendido de Luis Rosales














"Quiero decir una cosa tan sólo: que creo en la poesía", olvidado poeta Luis Rosales en el prólogo de su poemario La casa encendida. Suena a acto de fe. Es sabido que la fe, como idea vaga o como concepto idealista o como acto de necesidad, o como todo ello en su popurrí, es siempre una especie de vínculo. Algunos proyectarán el término latino religio y dirán que religión, pero yo prefiero el término vínculo porque es abierto y libre. Muchos concebimos la poesía, y en general la literatura, la pintura, la música o cualquier manifestación artística, como vínculo con la vida. Y nos permite ir más allá: al fondo, si queremos, de la naturaleza, a la textura más dura de la materia, a la volatilidad de lo efímero. Vínculo, pues, que supone sentido de la vida, o afirmación en el sinsentido de ésta. Ratificación: a través de lo escrito comprobamos la dimensión de lo vivido. Viaje: entrada en las profundidades y entrañas de cuanto nos rodea. Descubrimiento: el mundo en que las emociones y los sentidos actúan desentrañando, y aunque no lo logren del todo, siempre nos sorprendemos. Revelación: no somos los mismos después de haber hurgado en las letras leídas y tras haber aportado nuestras pequeñas gotas textuales. Unas veces, la poesía es espuma, otras veces granitos de arena, otras solamente ímpetu, algunos logran impregnarse de la salinidad que adereza la búsqueda contrastada del hombre, unos pocos forman parte de la galerna y los elegidos alcanzan, a pesar de tanto elemento en juego, la calma...que nunca es definitiva. Pero todo ello ¿no configura acaso un inmenso océano expresivo? 

Párrafo entero tomado de la introducción de La casa encendida, que me sirve además para recordar de nuevo al recién partido viajero Leopoldo María Panero:

"Quiero decir una cosa tan solo: que creo en la poesía, y lo diré, y lo seguiré diciendo siempre -delante de esta yerba, delante de estos niños, delante de esta vida- , sabiendo que la palabra con la que lo digo es siempre impalpable y adherente traducción de ceniza. Y sé también que lo que quede de esta hora, si es que algo queda, en la ceniza de mis palabras, será también poesía. Vivir es ver volver. El tiempo pasa; las cosas que quisimos son caedizas, fugitivas, se van. Y esto es morir: borrarse de sí mismo, borrarnos de nosotros y sentir que se nos van secando, poco a poco, la tierra o la raíz donde fueron creciendo aquellas cosas que nos hacen el alma, aquellos seres que amábamos un día y a cuyo amor debemos lo que somos."


Dedicado a V.D., por su empeño hermoso en ahondar en la expresión poética.



Dibujo de Javier Mateo Hidalgo


6.3.14

Leopoldo María Hamlet














"Oh, Satán, ten piedad de mi larga miseria", canta en Las flores del mal Charles Baudelaire. También el último poeta muerto (el penúltimo) utilizaba de cita este verso. Leopoldo María Panero encabezaba con él una de sus versiones del Himno a Satán.  Por cierto, Satán, ¿es la vida o es la muerte? ¿Qué dirías de nuevo tras la experiencia final?   Tal vez la misión de Satán se reduzca al regateo con la no-vida, pero también va de ello lo opuesto a Satán, aunque le vistan de seda y le ubiquen en las alturas, que ya no son tales. Satán y su opuesto son muy literarios, se retroalimentan hasta el infinito. Hasta el infinito que cada voluntad individual quiera, naturalmente. Lo que es evidente es que ambas metáforas complementarias, que no opuestas, no son más que los dos rostros del mismo destino. Arrieros de la vida somos y nadie vale más que nadie. Y es que siempre me caíste bien.


Himno a Satán 
Los perros invaden el cementerio
y el hombre sonríe, extrañado
ante el misterio del lobo
y los perros invaden la calle
y en sus dientes brilla la luna
pero ni tú ni nadie, hombre muerto
espectro del cementerio
sabrá acercarse mañana ni nunca
al misterio del lobo.



4.3.14

Basho viaja ligero por las Sendas de Oku













Matsúo Basho y su deliciosa descripción del viaje en Sendas de Oku:  "Ese día llegué a la posada de Soka. Me dolían los huesos, molidos por el peso de la carga que soportaban. Para viajar debería bastarnos sólo con nuestro cuerpo; pero las noches reclaman un abrigo; la lluvia, una capa; el baño, un traje limpio; el pensamiento, tinta y pinceles. Y los regalos que no se pueden rehusar...Las dádivas estorban a los viajeros."

La mínima impedimenta del viajero basta para el viaje. Es la mente la que debe cargarse de miradas sobre el don del paisaje, recibir el obsequio de los sonidos, catar el ofrecimiento de las costumbres, deslumbrarse con las obras monumentales de los hombres, aceptar el acogimiento de los más humildes, desplegar todos los sentidos. La somera descripción del bagaje de Basho parece indicarnos esta dirección. Que junto a los recursos para la protección de la anatomía del cuerpo el poeta matice que el viaje reclame para "el pensamiento, tinta y pinceles" es especialmente emocionante. Con esta confirmación explícita, Basho se reafirma en que la experiencia vivida al viajar es el objetivo, pero sin una descripción escrita, ¿en qué quedaría?   

Los caminantes ligeros. Cómo no recordar a nuestro Antonio Machado, siempre tan oriental en sus reflexiones poéticas:

"Yo, para todo viaje
 —siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje."

¿Sabría de la obra de Matsúo Basho?



Pintura de Yosa Bushon (1716-1783)



3.3.14

La mirada de John Berger














John Berger, en Modos de ver:

"La vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar." Y siente. Antes de nada, recién llegado de la nada, tras un limbo que es todo donde se va haciendo, el niño siente. ¿Será ya la primera mirada la interior y la anterior? Mirada de las sensaciones. Brújula del instinto. No desdigo a Berger. El hombre niño -sus orígenes temporales como formación de la especie- estuvo rodeado de un paisaje al que mirar, observar, tener en cuenta, reconocer. El hombre aprendió antes de nada a mirar. Con todas sus favorables consecuencias, no obstante el camino tortuoso. Largo recorrido el de mirar. Primeras preguntas. Obtención paulatina de respuestas. Incluso una vez inventadas las palabras, éstas debemos utilizarlas para seguir mirando.






2.3.14

Alain Resnais se despide de Hiroshima















"ELLA.- Soy de dudosa moralidad, ¿sabes?
 ÉL.- ¿A qué llamas tú una dudosa moralidad?
 ELLA.- A dudar de la moralidad de los demás."

Diálogo de Hiroshima, mon amour, de Marguerite Duras. Solo que la moralidad de los demás también es la nuestra. Luego dudamos también de la nuestra. De la aceptación o no de cada acto de gravedad que se cuela diariamente por las relaciones que establecemos. Hiroshima, mon amour fue también una película del director de cine Alain Resnais, muerto ayer. Estética impecable e implacable para los que buscábamos en los 60 del siglo pasado otros lenguajes cinematográficos -con todo un contenido ideológico implícito también- no tan al uso como el que dominaba en el mercado de masas. Novela y película donde al mundo simbólico que se decía antes de los elementos constitutivos de la naturaleza  -agua, fuego, tierra, aire-  se le puede añadir un paralelismo con el hombre y la cultura humana. Donde más allá de los elementos naturales se manifiestan otros con diversos rostros: el amor y la compañía, la guerra y la dominación, el espacio donde trabajar y vivir y la libertad a la que se aspira. Sobre estos elementos giran los personajes del film. Hiroshima no es un referente cualquiera. De modo análogo a Auschwitz significa también holocausto, hecatombe, horror. Y supervivencia, y recuperación, y la rueda de la vida que sigue girando. Que Duras eligiera una de las ciudades de Japón sacrificadas ferozmente para construir una historia de amor fugaz que tiene lugar varios años después de la barbarie -y no solo de mero amor fugaz, pues dentro de ella se narra también la historia de la mujer protagonista- es clave para recordarnos a todos cómo juegan los elementos de la naturaleza humana y social cuya vorágine se precipita, y que tanto nos recuerda sucesos que vivimos en el presente:

"ELLA.- ¿Contra quién, la cólera de ciudades enteras? La cólera de ciudades enteras tanto si lo quieren o no, contra la desigualdad establecida como principio por ciertos pueblos contra otros pueblos, contra la desigualdad establecida como principio  por ciertas razas contra otras razas, contra la desigualdad establecida como principio por cierta clases contra otras clases."

Hiroshima, mon amour: cuando el amor es también objeto de devastación, pues ¿acaso se iba a librar éste cuando una guerra acecha y ataca de plano cualquier conducta humana? Y las devastaciones tienen larga mano. No en balde la mujer protagonista ama en su aventura japonesa con una peculiar obsesión, que lleva a preguntarse al lector o espectador: ¿a quién ama realmente en ella?
















Abajo: Fotograma de la película.



1.3.14

La patria de cuatro patas de Jhumpa Lahiri














"Cuando me convertí en escritora, mi mesa se convirtió en mi patria; ya no necesité otra." Jhumpa Lahiri en una entrevista en El País. ¿Y por qué no? ¿Somos hijos de un origen y su inercia o lo somos más bien de lo que hacemos? 

Parece simplemente una nueva boutade sobre el concepto patria: que si la patria es la bandera, que si es la infancia, que si es la ideología, que si son mis hermanos, que si la lengua que hablo, que si es el suelo donde vivo, que si es el territorio donde me siento integrado y feliz...Hay interpretaciones para todos los gustos, y eso está bien. Pero la patria ¿siempre tiene que ser algo conectado con el origen, que normalmente significa la caída en este mundo? Nos nacen y en cierto modo nos crecen. Incluso desearían que siguiéramos un rumbo bajo control hasta el fin de nuestros días. Me sirve el transitivo que no es correcto, pero me habla con más claridad.  La dicotomía al uso del sacro  unos nos hacen y de ellos provenimos y la otra expresión complementaria nosotros hacemos siempre es relativa. 

Muchas veces nuestros orígenes no nos proporcionan más que una puesta en este mundo, y es de agradecer al bagaje que ello implica, si tal bagaje nos beneficia. Y sin embargo, muchas de nuestras obras personales  -cuya manifestaciones se llaman entrega, esfuerzo, imaginación creativa y tesón-  se convierten en el ámbito que nos nutre, en una dialéctica en la que nos reconocemos. Donde nos originamos con libertad. Tenemos la sensación de estar ahí con sentido. El sentido y el quehacer personal nos protegen con más sinceridad y madurez que las invocaciones a un origen, a un Estado o a una nación, que frecuentemente suelen ser más yugos a los que uncirnos que elementos de libertad interior y de conducta que nos ennoblece.

Expresivo este testimonio de la escritora Lahiri, autora del precioso título Tierra desacostumbrada: "Mi lengua materna es el bengalí, era lo que hablaba y oía en casa,pero solo sé escribir mi nombre y lo leo con dificultad. Aunque lo lamento, para mí es una lengua oral.Pero, aunque fui educada en inglés y escribo en él, tampoco me siento identificada con este. Para mí el inglés es una madrastra con la que me llevo muy bien. Cuando nació mi hijo y le tuve en brazos, le hablé en bengalí porque esa era la lengua para expresarle mi amor." ¿Será pues la patria también  -y quién sabe si acaso sobre todo- el ejercicio del amor?