2.10.13

Borges: Poesía en voz alta
















¿Leer poesía para el silencio? Dudoso sentido. "Cuando leemos versos que son realmente admirables, realmente buenos, tendemos a hacerlo en voz alta." Jorge Luis Borges sabía más por Borges que por diablo o por viejo. Hay una clase de poesía que uno requiere de testigos, a los cuales leérsela. Y en la ausencia de estos, nada nos impide recitar los versos en voz alta, en solitario, escuchándonos. "Un verso bueno no permite que se lo lea en voz baja, o en silencio. Si podemos hacerlo, no es un verso válido: el verso exige la pronunciación. El verso siempre recuerda que fue un arte oral, antes de ser un arte escrito, recuerda que fue un canto", matiza en una de sus conferencias el escritor argentino. La fonética y la exclamación al servicio de la traslación de las palabras a los otros. Naturalmente, siempre queda, señor Borges, cuando no es posible leer en voz alta, el recurso a la representación interior para mantener el espíritu y el significado: leerlo con énfasis desde el espacio más íntimo de nuestro cerebro. Un recurso que nunca debe anular la verdadera misión poética, digamos. El mundo, o mejor dicho, los hombres nunca han dejado de estar necesitados de ella.