10.8.13

Monika Zgustova y el mal















Monika Zgustova: "...es más preciso que nunca ir a la fuente y leer a Hannah Arendt, porque ella puso de manifiesto que el mal puede ser obra de la gente común". ¿Cómo? ¿Es que todavía hay gente que lo duda? Probablemente, muchos de los ejecutantes del mal no sean élites. En sus filas se mueve gente ordinaria que encuentran en el ejercicio del mal -cuyo concepto lo abstraen y no lo reconocen como tal, enmarañando y justificando sus obras con ideologías religiosas y/o políticas- su propio y desdichado camino. ¿Hay una escuela de malvados? Naturalmente. No sé si tanto la que abren los malvados que tienen plena conciencia de lo que van a causar o aquellos individuos comunes -cuya honestidad tradicional parece estar fuera de duda- que beben del nulo o escaso ejercicio del pensamiento, que dicen no interesarse por la política o que se adscriben a una vida mayormente ligera del dejarse llevar, sin practicar crítica ni opinión. “…Aquellas personas que renuncian a pensar para abandonarse a la corriente de su tiempo”, concluye Zgustova. Leo el interesante artículo de hoy de esta escritora y traductora checa en El País y actualizo mi punto de vista al respecto. No se trata ya de desviar el tema hacia el pasado -pensar en Eichmann, en la shoah y en el análisis disidente de Hanna Arendt- puesto que el mal se actualiza constantemente. El mal es hijo de la ignorancia que, con frecuencia, también habita entre los supuestos pero falsos saberes refinados.