28.7.13

La muerte en el búho. Sadeq Hedayat













"¡Solo la muerte no miente! ¡Solo la muerte!", exclama Sadeq Hedayat en su magistral El búho ciego. Pero qué integridad tan poco meritoria, ¿no? En el no-existir tampoco ha lugar para el valor de una integridad humana. No obstante, el pensamiento sirve para comprender de qué somos capaces e incapaces los vivos. Continúa el persa: "Somos hijos de la muerte. Su presencia aniquila todas las supersticiones. Ella nos salva de las falacias de la vida y, desde las profundidades mismas de ésta, nos llama y nos atrae hacia sí." Pensamiento repetido desde las primeras culturas literarias, que Hedayat actualiza. Porque las palabras hay que actualizarlas: aun diciendo lo mismo que los clásicos es preciso volver a pronunciarlas. Solo se me ocurre: lo verdaderamente estimable para los humanos es ir aniquilando las supersticiones en vida. Para evitar que la muerte se apunte tantos que no le pertenecen.