31.8.13

La geometría ibera de Dos Passos














John Dos Passos viajero por España en Rocinante vuelve al camino: "Desde la famosa entrada de Fernando e Isabel en Granada, tan cacareada, la historia de España ha sido un continuo esfuerzo para encajar un taco cuadrado en un agujero redondo". ¿Reduccionismo o síntesis? La geometría expresa mejor en tantas ocasiones lo que no saben hacer las palabras...No conviene dejarse llevar por la sugerencia de que el acontecer del país es un esquematismo, aunque algo de eso también hay. Pero lo esquemático no es tanto una reducción como una interpretación contenida. Los antiguos íberos lo sabían muy bien.




30.8.13

Remnick, distinguiendo periodismo y ficción













David Remnick, director de The New Yorker: "Muchas veces me decepciono profundamente cuando veo que algunos autores sacrifican la verdad en favor del relato", y menciona a Kapuscinski, al que critica sus derivaciones inventadas, donde se impone la ficción. "No tengo ningún problema con la ficción. Amo la ficción. Leo ficción. Pero un periodista no es un artista", dice en la entrevista que le hacen en Jot Down. Y sin embargo, cuánto de lo que leemos cada día en la prensa está cargado de fantasía, por defecto o por intención, ambos probablemente perversos. Yo añadiría que el periodista no debe ser un divo, pero tampoco es perfecto y el ego reclama. También reclama el pagador. El pagador se carga ordinariamente la información veraz, lo que no sé hasta qué punto influye en la dudosa imaginación que muchos narradores de ficción muestran. Al final es el lector el que debe verse obligado a distinguir entre la fruta verde o la madura, entre el producto podrido y el saludable. 




29.8.13

Voltaire: El dedo en la llaga
















Al borde de un conflicto bélico que mediáticamente se nos traslada estos días y además in crescendo, me topo con este texto de François Marie Arouet: "De sobra se sabe todo lo que ha costado desde que los cristianos disputan sobre el dogma: ha corrido la sangre, ya sea en los patíbulos ya en los campos de batalla, desde el siglo IV hasta nuestros días." No deja de ser curioso que todos los países y culturas enzarzados y a punto de conflicto superior en el Próximo Oriente sean hijos del monoteísmo, primero judaico, luego cristiano, posteriormente musulmán. Todos, no obstante, han probado las mieles del mercado, verdadero Dios, cuyo culto parece que necesitan preservar por razones escasamente piadosas. Voltaire, como siempre, poniendo el dedo en la llaga. 



28.8.13

Séneca lee




















"Lee siempre los mejores libros", recomienda Lucio Anneo Séneca a su imaginado Lucilio en una de las Cartas que le dirige. Aunque parece un consejo de Perogrullo tiene su miga. "Y si alguna vez coges otros para distraerte un poco, regresa a los primeros." ¿Estaría Séneca de vuelta de las fruslerías literarias? Esa propuesta del filósofo, que parece anacrónica en la actualidad, puede ser sabiduría. Nosotros nos matamos por probar lo nuevo, que suele ser repetición de lo viejo, o por hallar la diferencia, que suele escasear, o por descubrir lo que nos parecía no haber visto, ignorando que en lo bueno escrito hay más respuestas de las aparentes. Leer no por leer sino..."Consigue cada día un recurso contra la miseria, contra la muerte, y no menos contra los demás azotes; de muchas cosas leídas, extrae una para digerirla ese día." Razones de peso indiscutibles. Como brizna de estímulo yo añadiría: lee fuerte, disfruta fuerte. Entrégate a ese placer.



27.8.13

Gabriela Mistral y su amor a las cosas


















Poeta Gabriela Mistral:

"Amo las cosas que nunca tuve
con las otras que ya no tengo"

¿Por qué un ejercicio de amor se cita siempre en un lugar en el vacío? Los tiempos tratan de encontrarse en el infinito (misión imposible) de nuestro interior. Pero nosotros somos seres incapaces unas veces de tener y otras de retener. Nos transformamos en ajenos y en esa condición hay una seña imprescindible de la soledad. Solo la poesía es capaz de dejar hacer a los juegos que se trae la mente. Los desparrama de forma caótica y aleatoria para que el poeta alce una arquitectura donde habitar y preservarse de la intemperie.  Del mismo modo que Maurits Cornelis Escher representaba los mundos imposibles, tan reales para la deficitaria o aguda percepción visual, que siempre va más allá. 



26.8.13

El hombre feliz de Russell














De tan pronunciado y deseado el término parece obsceno. Recurrente y obsesiva, la felicidad está en boca de todos y no hay duda que ha desplazado a toda clase de dios. ¿Se habrá convertido en una divinidad en sí misma? Bertrand Russell: "El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de esos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto del interés y el afecto de otros muchos". El hombre feliz: un intento, una aspiración , probablemente una entelequia. ¿Cómo el ser tan subjetivo del hombre puede vivir objetivamente? Insiste el filósofo inglés en su tratado La conquista de la felicidad: "Que otros te quieran es una causa importante de felicidad; pero el cariño no se concede a quien más lo pide. Hablando en general, recibe cariño el que lo da. Pero es inútil darlo de manera calculada, como quien presta dinero con interés, porque un afecto calculado no es auténtico, y el receptor no lo siente como tal". Y sin embargo el trueque, agazapado o explícito, se muestra en nuestras vidas. No estoy seguro que la felicidad no sea objeto de intercambio. Las maneras de obtener los seres humanos sus más elevadas o profundas aspiraciones, aparentemente desinteresadas y generosas, suelen seguir sendas intrincadas para lograr el reconocimiento y el sosiego interior.


25.8.13

La altitud o una mirada desapercibida
















Viendo pasar el tiempo, como decía la canción trasnochada, no. Relatando la actividad viajera (si está clavada en el muro de la estación de ferrocarril) o contemplando el tráfago de la ciudadanía (si está colocada en el edificio de una avenida) o levantando acta de la sucesión de representantes de la municipalidad (si está ubicada en el Ayuntamiento), sí. El material de estas placas testigo debe ser de alta calidad, desde aquellas que soportan heladas y temperaturas extremadamente frías hasta las que son atacadas por la humedad y la salinidad del mar inmediato. Conocí a un personaje solitario que me confesó que entre sus citas ineludibles al visitar una ciudad se hallaban al menos un mercado de solera, un cementerio secular y el lugar donde se ampara una placa de altura (si ésta se encontraba en una estación de trenes hacía doblete, pues las estaciones son su debilidad) Aunque no renunciara a visitar otros lugares de atención, afirmaba que, si acaso disponía de poco tiempo, con esa breve selección él ya se hacía una idea de la urbe. Los acontecimientos históricos pasados puedo leerlos en los libros, decía, pero las razones de la vida solamente en esos lugares. Cuando le pregunté por las razones de su peculiar culto a las placas de altura, bajó la voz y se sinceró: es que las pobres pasan desapercibidas. Desde entonces aquel rasgo de bondad hace que le considere menos raro.



24.8.13

La madurez del poeta en José Mateos





"Ese momento en que la luz parece
provenir de la tierra
y la noche no llega todavía..."


No se piense solamente en los sustantivos, que engañan los tiempos de la definición. Descolguemos por un instante las palabras momento, luz, tierra y noche. Tienen tanta entidad que prefiero que se desprendan de lo que no es. Y no es solo el verano. Ni el día que juega todo él a cenital. Ni la potencia de los elementos que el planeta nos brinda. Hay algo más en los versos de este poema de José Mateos (tomado de Cantos de vida y vuelta) Una advertencia oculta. Una perplejidad. Una comprobación. La madurez del hombre no va a ser un estado eterno. Pero cabe la mirada de la calma. La humilde aceptación de los límites. Y una pizca de conciencia subjetiva de si habrá valido la pena vivir.


Ese momento en que la luz parece
provenir de la tierra
y la noche no llega todavía...

Si miro al horizonte,
la eternidad es esa perspectiva
fugaz de algo que empieza
desde muy lejos, 
     y algo que termina.

Sobre el mar, una estrella distante y solitaria.
Y el cielo es más profundo
de lo que piensa el día. 



23.8.13

Todos sincréticos















"Todo es mío y nada es mío", dice Macrobio. La vida de este gramático y escritor tiene mucho de enigma y los especialistas no se ponen de acuerdo en "si se llamaba Macrobio o Teodosio; si era de finales del siglo IV o primera mitad del V; griego, africano o hispano; pagano o cristiano", señala el traductor Jordi Reventós. Macrobio: un conductor importante de los saberes de la antigüedad y de la filosofía neoplatónica que, como tantos otros, su nombre y su obra parecen haberse quedado en los monasterios medievales o en las estanterías de los departamentos de filosofía. En esa expresión "Todo es mío y nada es mío" no se tiene que ver una cuestión de propiedad o desprendimiento de los bienes materiales, incluidos los intelectuales, sino una acertada conclusión sobre lo que hoy llamaríamos el sincretismo que lo impregna todo. Lo peculiar es que se nos sigan vendiendo teorías, ideas y ocurrencias como si se dieran en estado puro. No hay nada de esto en el mundo del pensamiento. Todo lo que se construye en la esfera de la racionalidad, y también en la de la fantasía, se debe a otro elemento y este a otro, etcétera. Incluso varios elementos entrecruzados proporcionan un cuerpo de pensamiento, de cuya brillantez nadie duda, precisamente por esa mixtura. El pensamiento es como la naturaleza en sí: fractalidad por una parte, imprevisión por otra. Pero siempre mezcla.   


22.8.13

La creación de la obra, según Alfredo Sanzol




















Alfredo Sanzol, autor, sobre la creación de la obra teatral:  “Es un proceso que se inicia por varios caminos al mismo tiempo. No es lineal ni ordenado, sino asociativo". Probablemente es aplicable este criterio a toda creación y a toda expresión artística. Hay algo de caos en origen, en desarrollo y hasta en destino. Citando al escritor de origen libanés Wajdi Mouawad pone este ejemplo: "Una obra es alguien que un día llega a tu casa, le abres la puerta y entra. Estoy totalmente de acuerdo. No sabes cómo ha llegado, ni por qué ha venido, pero cuando llega comienzas a hablar con ella, te conmueve, te divierte". Nada menos alejado de lo ordinario. La capacidad receptiva manda. Todos somos capaces de invitar y recibir a los visitantes que llegan para que nos aporten algo, sea cuales sean sus figuraciones. Las informaciones pasajeras del mundo, los sentimientos, los sueños, las emociones que nos trasladan pueden instalarse en nosotros o ser efímeras. ¿No es esto lo que nos hace sentir y, por lo tanto, crear? Como dice Sanzol: "A veces también se tienen visitas cortas. Llegan y se van. Eso es que no ha habido conexión. Cuando se queda, comienzan a aparecer los personajes, la atmósfera, los espacios... Me gusta saber para qué actores estoy escribiendo, pero cuando escribo no pienso en ellos. Así evito caer en las ideas preconcebidas”. Con cuántas vestimentas se cubren los estímulos que se nos ofrecen. El teatro tiene una relación especular con la vida. Pero, ¿de qué manera cada rostro se ve reflejado en el bosque de hojas del teatro?



21.8.13

El melancólico contra la melancolía: Burton














"...Escribo sobre la melancolía para estar ocupado en la manera de evitar la melancolía. No hay mayor causa de melancolía que la ociosidad". ¿Freud, Jung, Reich, Lacan, Foucault, Starobinski...? No, más antiguo. Robert Burton, allá en el primer tercio del siglo XVII, en la introducción a su Anatomía de la melancolía. No es baladí el tema. Dicen que lo afrontó porque él mismo era propenso a situaciones depresivas. "En verdad, ¿quién no está demente, melancólico, loco en este mundo? ¿Quién no es un enfermo mental?" se preguntaba al observar la complejidad y las contradicciones del modo de vivir. De que concedía una importancia decisiva al desbarajuste de las aventuras humanas, prestas siempre a no ser interpretadas, o mejor, asimiladas por los individuos, da buena prueba su obra, donde acaso no resuelve el problema médico, pero que constituye un tesoro de citas y anotaciones de autores clásicos como pocas veces se ha dado. Él mismo remató: "Es que no hay mejor cura que la actividad". La actividad de Robert Burton proporcionó al lector además de una catarata informativa para la reflexión todo un deleite de satisfacción.

 

20.8.13

Consejos para el camino














El maestro en Soria: "...No aceptéis jamás el reto de los vividores y de los intrigantes, porque si peleáis con ellos tendréis que emplear sus armas plebeyas y, aunque triunféis, seréis desgraciados en el orden del espíritu, descendiendo de la categoría de hombres a la de bestias montaraces." Solo un observador puede ser filósofo, y Antonio Machado lo era. Tal vez incluso navegaba en esa frontera imprecisa en que Moral y Filosofía se acompañan (y reclaman a Política que se les sume) Pero aunque no se pretenda más que conducirse cabalmente por la vida, el consejo es apetitoso y, sobre todo, muy útil para no perecer en la actualidad extraordinariamente pragmática. Rechazar a los que vengan a traer discordia a nuestra casa interior se impone. Aunque muchos son los rostros, diversas las vías y excesivas las propuestas que nos impiden centrarnos. La competencia tan instalada en nuestros tiempos no lleva sino a una insatisfacción sin fin y a un conflicto con los demás, que hace mella en nuestros cuerpos. Ni cabeza de ratón ni cola de león. Ir más acá en nosotros mismos. Que no se nos escape el animal apacible que también llevamos dentro.


19.8.13

Leer para no pensar, entre Alá y Lichtenberg














Noticia de prensa digital sobre la situación política en Egipto: ”La manifestación avanzaba estrictamente segregada. Los hombres al frente, seguidos por un grupo aislado y mucho menor de mujeres, la mayoría cubiertas con el niqab, el velo que solo deja al descubierto los ojos. 'Egipto es una nación islámica', decía Nadia Ali, de 21 años. 'El Gobierno golpista está actuando contra la voluntad divina y pagará por ello”. No es raro, por lo tanto, que pasen las cosas que pasan por el empeño de Dios (en su versión Alá) de intervenir en los asuntos humanos. ¿O será que algunos no cesan de leer las prescripciones al uso y en su inagotable repetición se extasían tras la búsqueda imposible de la verdad revelada? Me acuerdo de un aforismo ahíto de ironía de Georg Christoph  Lichtenberg: “En verdad hay mucha gente que lee solo para no pensar”. Y es que hay maneras muy complicadas de no ejercitar el pensamiento, indudablemente. Aunque haya también lecturas muy diferentes en esencia e intención.



18.8.13

¿Metaliteratura?













Antonio Aretxabala, geólogo: "La civilización y por lo tanto la sociedad de cada país, necesita invertir en investigación, necesita de científicos cualificados y avezados para dotarnos de armas eficientes capaces de resistir los embates de la Naturaleza sobre la ciudad (vista ésta ya como la unidad estructural planetaria de la sociedad del siglo XXI) y viceversa, adelantando propuestas urbanísticas efectivas para que ambas no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe si comenzamos ya a desarrollar las mejores herramientas para conseguirlo: la ciencia, la cultura y el urbanismo del siglo XXI."

No se trata de una propuesta metaliteraria, sino del más acá. Y que se podría abordar vislumbrando certezas, si hubiera voluntad social y coherencia de su reflejo político. Porque algo que damos por sentado que es inefable, pero donde siempre estamos con el culo mal sentado, la Tierra, se mueve continuamente. Luego habla de modo incesante, hasta que de vez en cuando brama y de qué manera. Es en ese momento cuando nos damos cuenta no solo de nuestra limitación fatídica, digamos, sino de nuestra tendencia suicida. Porque de suicidas es no poner recursos, ni aplicar soluciones, cuando voces como las del geólogo navarro Aretxabala claman. ¿Siempre en el desierto?


17.8.13

Sangre y fuego de Manuel Chaves Nogales

















Desconocido hasta hace poco para mí este Manuel Chaves Nogales: "El pueblo  -replicó el marqués-  siempre es cobarde y cruel. Se le da el pie y se toma la mano. Pero se le pega fuerte y se humilla. Desde que el mundo es mundo los pueblos se  han gobernado así, con el palo." Una cita extraída de su libro de relatos A sangre y fuego. ¿Qué hay de verdad y de justificación cínica en el argumento del marqués? Lo curioso es que uno ha oído muchas veces desde pequeño esta ambigua e interesada retahíla. Venir ahora a leerlo en una narración escrita en 1937 vale para ratificar lo paralelas que van literatura y vida. A veces sin distinguir cual nutre a la  otra. ¿O, como dicen ahora, se retroalimentan? Los relatos prometen, y eso que estoy empezando la lectura. ¿O quienes concedieron el guión a Chaves Nogales fueron los tiempos que le tocaron vivir?




16.8.13

Histriónico Ceronetti













Una dosis de Guido Ceronetti en El silencio del cuerpo: "Suprimidos los combates de los gladiadores, los cristianos instituyeron la vida conyugal". ¿Una manera de prolongar el ardor del combate por otras vías? Eso explicaría que los hogares siempre hayan tenido tanto de circo romano. Pero, ¿aclaró alguna vez el cristianismo si era el hombre quien debía heredar el rol de gladiator? Visto cómo ha sido relegada la mujer por la religión (por esa y por otra multitudinaria que nació unos siglos después y aún se mantiene en auge) podría pensarse que la supresión del espectáculo fue un traspaso de funciones, una transacción con hondas secuelas prácticas que beneficiaron el dominio del varón. Conclusión: ¿por qué una cita tan histriónica de Ceronetti me lleva a un razonamiento severo?



15.8.13

La impasibilidad imposible













"Tarde o temprano, señor Fowler, tendremos que tomar partido si queremos seguir siendo humanos". Tremenda frase lapidaria que su empleado Hinh le dice al periodista británico en la novela El americano impasible, de Graham Greene. Advertencia moral acertada de las que Greene solía gastarse en sus obras. Las situaciones extremas, y de alguna manera límite, obliga siempre a los personajes a situarse claramente en el escenario de los dramas. Ya no hay más demoras. En el conflicto entre agresores y agredidos, donde domina la hipocresía y la doble moral, ¿no acaba siendo un alineado más de los primeros aquel que no quiere saber nada y no reacciona, es decir, el impasible? 



14.8.13

Los pendientes de Calder para Peggy














Peggy Guggenheim, orgullosa: "No solo soy la única mujer del mundo que duerme en una cama de Calder, sino también la única que lleva sus grandes pendientes móviles. Todas las mujeres de Nueva York que tienen la suerte de ir adornadas con una joya de Calder poseen un broche, una pulsera o un collar". A los que nos han fascinado siempre los móviles de Calder  -¿no se tiene la sensación de que habita en ellos siempre la materialización de la evanescencia?-  nos gusta imaginar el ejercicio en acción de estos pendientes. El elemental caminar de Peggy podía suponer el trote de la joya. Una carrera, el alocado galope de esas fibras metálicas que se mueven en todas las direcciones. Tal vez los móviles de Calder dieran constitución física a la aparente inconsistencia de las cosas volátiles. Y con ello zarandearan la clave del desenfreno, aunque en una exposición nadie ose tocarlos. Ignoro si los pendientes lucían como Calder quiso en los lóbulos de la coleccionista de arte. Pero no me cabe duda de que, como todo toque Calder, obraban cual desafío a la gravedad.



13.8.13

Oriol Maspons















Podía haber escogido cualquier otra fotografía de las miles que hizo Oriol Maspons, muerto ayer. Una de escritores españoles o de últimas tardes con Teresa o de Bocaccio y la gauche divine, por ejemplo. Sus ilustrativos trabajos recogiendo e interpretando el lento despegue cultural español (¿habría que decir también social?) se alternaban con las que reflejaban una España secular, aparentemente inamovible. Pero he elegido para recordar a Oriol Maspons estas dos porque van y no van de humanos. La primera porque refleja al olvidado niño de otro tiempo que ya no sabe en quién volcar su ira, después de que otras cóleras han sido descargadas en abundancia sobre él. Ese instante de frustración y desahogo bien vale esta secuencia. Siempre me quedará la duda si ya de adulto la conducta del chico es simple memoria o si el hombre maduro ha seguido dando patadas para pagar sus fracasos. La de los perros...basta con escuchar su coloquio.




12.8.13

El Arte para aliviar el vivir













Pessoa: "...El Arte, que vive en la misma calle que la Vida, aunque en un sitio diferente, el Arte que alivia la vida sin aliviar el vivir, que es tan monótono como la misma vida, pero solo en un sitio diferente". Me obsesiona ese matiz donde el escritor distingue entre vida y vivir. Es como si hubiera un abismo entre ambos, sustantivo y verbo. Como si se conocieran y compartieran, cruzándose y alejándose constantemente. Tal vez el mismo sino que condiciona a la potencia y al acto. ¿Qué ponemos o estamos dispuestos a poner de Arte en nuestro vivir cotidiano para aliviarnos, cuando sabemos sobradamente que existe en la Vida?



11.8.13

Jugadas de ajedrez de pintor y pintora surrealistas














Esta fotografía estaba por ahí desde 1946 y no la había interpretado. El juego de ajedrez, además de dar para ejercitar el cálculo de posibilidades, practicar retentiva y meditar, da para ser fotografiado. No sé qué tienen las imágenes que recogen a los jugadores de ajedrez entregados a la partida. ¿Tal vez que parece que no posan? ¿La especial abstracción a que se someten? ¿La exhibición concentrada que invita a los de fuera a seguir la partida solo con ver la posición de las fichas en el tablero? 

Yo había visto hace tiempo esta fotografía de hombre y mujer jugando. Ahora, al leer Confesiones de una adicta al arte, me lo interpreta Peggy Guggenheim: “…(A Max Ernst) las mujeres pintoras le interesaban. Había una llamada Dorotea Tanning, una chica guapa del Medio Oeste. Tenía mucho talento e imitaba la pintura de Max, lo cual le halagaba a él enormemente. Se hicieron muy amigos y jugaban al ajedrez juntos cuando yo me encontraba en la galería. No tardaron en hacerse más que amigos, y me di cuenta de que hubiera debido hacer la exposición solo con treinta mujeres (se refiere a una muestra de treinta y un mujeres pintoras en la que participó la Tanning) Aquello estaba destinado a terminar con nuestro matrimonio.”

¿Peligros de las excesivas concentraciones en las jugadas de ajedrez? No sé cómo se lo tomaría la divorciada Peggy al ver tiempo después la foto y sobre todo ese marco.


10.8.13

Monika Zgustova y el mal















Monika Zgustova: "...es más preciso que nunca ir a la fuente y leer a Hannah Arendt, porque ella puso de manifiesto que el mal puede ser obra de la gente común". ¿Cómo? ¿Es que todavía hay gente que lo duda? Probablemente, muchos de los ejecutantes del mal no sean élites. En sus filas se mueve gente ordinaria que encuentran en el ejercicio del mal -cuyo concepto lo abstraen y no lo reconocen como tal, enmarañando y justificando sus obras con ideologías religiosas y/o políticas- su propio y desdichado camino. ¿Hay una escuela de malvados? Naturalmente. No sé si tanto la que abren los malvados que tienen plena conciencia de lo que van a causar o aquellos individuos comunes -cuya honestidad tradicional parece estar fuera de duda- que beben del nulo o escaso ejercicio del pensamiento, que dicen no interesarse por la política o que se adscriben a una vida mayormente ligera del dejarse llevar, sin practicar crítica ni opinión. “…Aquellas personas que renuncian a pensar para abandonarse a la corriente de su tiempo”, concluye Zgustova. Leo el interesante artículo de hoy de esta escritora y traductora checa en El País y actualizo mi punto de vista al respecto. No se trata ya de desviar el tema hacia el pasado -pensar en Eichmann, en la shoah y en el análisis disidente de Hanna Arendt- puesto que el mal se actualiza constantemente. El mal es hijo de la ignorancia que, con frecuencia, también habita entre los supuestos pero falsos saberes refinados.



9.8.13

Nosotros, los monstruos


















"El monstruo está en nosotros". José Jiménez. Ya nos lo dejó claro Stevenson, con su pareja del doctor y el míster. Aunque cabe el riesgo de leer el asunto como un mero tema de enfermedad. Goya, mucho antes, no dudó. Los desastres de la guerra son una serie donde la manifestación de la monstruosidad humana, más en concreto española y francesa, se desborda. "Nosotros mismos somos esa figura monstruosa, con alas de murciélago en la cabeza pelada y garras de ave, que escribe en su libro contra el bien general", matiza el profesor de Estética. Goya previene contra una interpretación racionalista abusiva que desplace aquello de lo que somos irrenunciables portadores: emociones, conciencia, animalidad, imaginación, sueños...Sospecho que la clarividencia goyesca no basta para salvarnos del monstruo que nos habita. Sea cuales sean los rostros que adopte.


8.8.13

Diálogo del tolerante y el fanático














"...Demostradles que razonan mal; si os han ridiculizado, ¿por qué no los ridiculizáis vosotros? Pero os pido gracia para ese pobre discípulo de Locke al que queríais quemar; ¿no veis, señor doctor, que eso ya no está de moda?", dice Aristo (literalmente el mejor y también el filósofo) a Acrótalo (el intolerante, el extremista, el fanático) en la sabrosa Conversación entre ambos personajes que ingenia Voltaire. La respuesta del intolerante es rápida y cruel: "Tenéis razón; hay que encontrar alguna otra manera de imponer silencio a los pequeños filósofos". ¿Podría imaginar Voltaire que doscientos cincuenta años después parece haber llegado ese silencio? Probablemente por otras vías. No tanto por la represión y la intolerancia como por la integración en una sociedad que todo lo desvirtúa y licua (estos tiempos líquidos que vivimos, que diría otro filósofo, Zygmunt Bauman) ¿O por su encerramiento y reducción en las instituciones tradicionales del saber que no tienen ahora apenas predicamento social?

Recomendable coloquio, titulado Conversación entre Aristo y Acrótalo, escrito en 1761 por Voltaire.


6.8.13

Connolly sin sosiego
















Me pareció un libro de esos que llamaríamos inclasificables. Acaso porque abusamos de la clasificación de los libros  -géneros, autores, temáticas, tiempos, etcétera-  es por lo que ciertos textos nos sorprenden. ¿Ensayo, pensamiento, aforismo, reflexiones, miscelánea...?, nos preguntamos con torpeza. Seguimos buscando rotulaciones en lugar de tratar de degustar lo leído, algo que deberíamos hacer incluso mucho después. De que en su día paladeé El sepulcro sin sosiego me queda constancia porque ante ciertos temas recurro a él de nuevo y el punteo en los márgenes es un campo de señales luminosas prestas a ser revisadas, es decir, comparadas con la experiencia personal. La literatura vale por lo vivido al fin y al cabo. Cyril Connolly: "A medida que envejecemos descubrimos que aquello que parecía en otro tiempo un interés o una preocupación absorbente, que habíamos asumido a fondo y de la cual nos habíamos despojado después, era en realidad puro apetito o pasión que nos había arrasado y había terminado por pasar." Pero ¿quién dejaría de lado el cáliz de la pasión o del apetito si notamos que nos nutre, principalmente en nuestros tiempos jóvenes? No sería de agradecidos desdeñar nuestras atracciones del pasado, pues la manera como las hemos afrontado, nutriéndonos de ellas o desestimándolas con escaso acierto, nos han estado haciendo día a día a través de su metabolismo secreto. Connolly pone la puntilla: "...A la postre acabamos por entender que nuestra vida no tiene más continuidad que un charco entre las rocas, un charco que la marea colma de espuma y de pecios para vaciarlo después." ¿Rendición o una especie de orden o formación geológica a la que nos relega el cuerpo, que no rige como lo había hecho hasta ese momento? Depende de lo que hayamos acumulado. "En el yo no perdura sino el sedimento que deposita este fluir interminable: un ámbar gris, valioso tan solo para quienes sepan sacarle partido", remata el escritor inglés. Más que de la tumba, Cyril Connolly nos habla del flujo sin sosiego de la vida.




5.8.13

Origen diabólico de las mentiras














En el círculo de amigos de Jonathan Swift se sostenía, supongo que irónicamente, que el Diablo es el padre de las mentiras "...y que fue un mentiroso desde el principio, de suerte que, sin lugar a dudas, la mentira es antigua y, es más, surgió por primera vez como mentira política, para socavar la autoridad de su príncipe." No en vano con esa sana intención de aclarar conceptos, a caballo entre literatura mítica y hechos reales de su época contemporánea, Swift se propuso ahondar críticamente en el tema. Hablamos de 1710 y el recurso a los mitos y los lugares comunes no son sino la excusa para actualizar la realidad de la mentira en su tiempo. "...Los modernos han aportado grandes mejoras al aplicar este arte también para hacerse con el poder y conservarlo y no solo para vengarse cuando lo han perdido", matizaba Swift (bueno, en realidad fue más bien su amigo John Arbuthnot) He ahí la clave: las mejoras en la aplicación de la mentira, de lo que resultaría una herramienta, un engranaje, una maquinaria, una factoría, muchas factorías de la mentira que se irían fomentando y actualizando generación tras generación política, con la justificación deprimente del todos mienten, nosotros no vamos a ser menos

Swift, Arbuthnot, continua en alguna parte: "Una cosa esencial distingue a la mentira política: debe ser efímera; le resulta imprescindible para poder ir ajustándose a las circunstancias, para avalar las dos partes en disputa, para adecuarse a todas las personas que ha de deslumbrar". La capacidad observadora de nuestros intelectuales anglosajones está fuera de toda sospecha. Me queda la duda, y la desazón, de si la mentira ya no será efímera, sino que se ha llegado a un punto en que es permanente y se recicla. O si bien se concatenan unas mentiras con otras, siquiera con el objetivo de confundir ya no a los príncipes a los que se pretende destronar, sino al vulgo que los mantiene. ¿Ha cambiado algo la realidad desde 1710? Tres siglos de mentira elaborada, sofisticada y curtida nos contemplan. Aunque uno tiene la sensación de que sigue siendo igual de burda que siempre.
















4.8.13

El ojo en Jung











Juan-Eduardo Cirlot recoge una cita de Jung: "El ojo representa evidentemente el seno materno...en cuanto a la pupila del ojo es un niño. Así el gran dios vuelve a ser niño, penetra en el seno materno para renovarse." Según esa interpretación  -ah, el simbolismo que atrapa a los humanos-  se entendería que nos pasemos toda la vida con la sensación de que nos observa la madre. A más mayores nos acucia la irresistible necesidad-fantasía de entrar de nuevo en el ojo. Sin demasiadas esperanzas de renacer. Con ser acogidos nos conformaríamos.



3.8.13

Las potencias del mal de Gilles Deleuze














Obsesión por la maldad que nos rodea. Como si se impusiera siempre al ejercicio bondadoso, que parece relegado o al que se hace de menos. Aunque también pese. Gilles Deleuze se lo pregunta: "¿Qué es la maldad? Impedir que alguien haga lo que pueda." Es decir, coartar, que puede acompañarse, si es preciso, de coacción para lograrlo. Riqueza de términos en nuestra lengua, vinculados a la práctica del mal. Tratar que las posibilidades de los individuos se aborten, no se expliciten, no se desarrollen. A esas posibilidades Deleuze las llama potencias: "La maldad es impedir que alguien efectúe su potencia." ¿Castro de origen, in situ y permanente? Los límites al individuo  -a sus posibilidades de ir siendo por sí mismo, por tendencia de su propio ser-  aparecen desde la cuna. Aunque se endulcen o se disimulen con zalamerías múltiples. "No hay potencia mala, hay poderes malos, y tal vez todo poder sea malo por naturaleza", matiza el filósofo francés. Uno piensa en los padres, en la enseñanza, en las instituciones sociales, administrativas y políticas, en las religiones...en los poderes de hecho, parciales o totales, encubiertos por la justificación de la necesidad social. ¿Acaso no concluye Gilles Deleuze dando en la clave?



2.8.13

Llegar a Nusch desde Rojas














"Tanto como cuesta desnacer. Un hombre
tiene un pie y lo pierde. Lo veloz
es cuanto anduvo
airoso por ahí pisando arrogancia,
rey y más rey. Un hombre
tiene un pie y lo pierde."


Con estos versos  -titulados "Nusch pensando en Eluard en el 52"-  fue el poeta chileno Gonzalo Rojas quien me hizo pensar en Nusch Eluard. Y también desear la mujer de mi prójimo, con mucho océano temporal de por medio. Versos que se dejan llevar por el surrealismo de Nusch, de Eluard, del resto de la corte y cohorte cuyo eco aún nos llega. Conocí una tarde de primavera avanzada a Rojas, una tarde de la que tengo dos recuerdos imborrables: la lectura, y comentario previo (o posterior, según le diera) de algunos de sus poemas y la firma de libros. De la lectura, aún me viene su cadencia y ritmo pausados de voz, y su dulce pero ya quebrado y lento tono que, no obstante, embriagaba. Ochenta y ocho años no le estaban pasando en balde. De la firma de libros, la lentitud atenta, carente de presura y ajena a la cola que se había formado, y también aquella caligrafía entera, de trazo suave y finamente perfilado, que solo los viejos herederos de la cultura antigua poseen.

Nusch, la musa de las musas, "una diosa de la hermosura" que la denomina Rojas, tan amada, tan deseada, tan mostrada. ¿Enloquecida por aquel vínculo posesivo y dominante del juego ordenado por Paul Eluard? Aun sabiendo de su existencia  -siempre en función de los artistas y cortejadores de turno-  no me había parado a pensar en ella. Esos mundos me pillan grandes, no por su ámbito o por su temporalidad vertiginosa, sino por la personalidad de la mujer. ¿Hay alguna diosa o virgen de las mitologías que tenga la actualidad que nos ofrece a través de sus poses? Sí, Nusch Eluard también pertenece a un mundo de mitos. Rojas me lo dio a entender.




1.8.13

Seguir las sombras












"Hay que seguir, una vez más, la sombra
por el nocturno callejón..."

recita Francisco Brines (los poetas recitan más que escriben e incluso declaman frente a nadie, ni siquiera con el espejo delante porque prefieren imaginar la escena) Y los que creemos que no hay una sola sombra, ni siquiera la inmediata, la del primer plano, sino que somos muchas sombras, algo así como una proyección que nace y muere sobre sí misma, ¿a cuál de ellas deberíamos seguir? "Serás (seguirás) tantas sombras cuantos hombres seas",  sugiere la voz profunda de uno de esos hombres interiores que se  lleva a cuestas.