31.7.13

Manuel Rivas y la memoria fecunda














Escritor Manuel Rivas: "Es muy ilustrativo que la diosa de la memoria, Mnemosine, sea la diosa más fecunda. Por razones de negacionismo político, la palabra memoria acabó teniendo unas connotaciones casi subversivas, algo sumamente ridículo. Somos lo que recordamos, pero también somos lo que olvidamos."

Hijos de la memoria, hijos del olvido. Siempre en la frontera de la difícil elección. Campo de la discordia. Si bien esa partida entre pulsiones opuestas recorre nuestra vida con amarga indecisión, proporciona sus compensaciones. Tal vez las únicas que indican un camino que merece la pena. Insiste Rivas: "La madre de las Musas, Mnemosine, es la diosa más fecunda, lo que significa que la música, la danza, la literatura se nutren de la memoria, una memoria fermentada por la imaginación, que es lo que permite que la boca de la literatura, necesaria en estos tiempos de sustracción de palabras, pueda atravesar lo que los arqueólogos denominan la línea de lo inaccesible."

Tal fue el origen de las artes, tal su desarrollo por milenios. ¿Seguirá siendo la memoria aquella llamarada que dé sentido y razón a la existencia? ¿Basta la literatura para ocupar el espacio del que nos roban la expresión? Incierto futuro inmediato por el que el escritor apuesta de este modo: "Siempre podemos ir un poco más allá. La historia también es aquello que contamos sobre la historia. Entonces ese miedo a la memoria, ese miedo a la historia, en el fondo es un miedo a la imaginación, a la creación, a atravesar límites."

¿Estamos a tiempo de conjurar el miedo y tomar el timón de la imaginación? ¿Se ha extendido ya ese pavor? El sotobosque arde. No sabemos si prenderá nuestros bosques o si los hombres se habrán convertido en nuevos Prometeos que sepan reconducir el fuego.



30.7.13

Adiós al sin-ego El Bolo Flores













Clarividente y sincero, ¿o solo irónico?, Marco Antonio El Bolo Flores: “No tengo ego. Si lo tuviera, me mantendría releyendo mis libros. Hay gente a la que sí le gusta solazarse leyendo lo que publicaron. Yo no me acuerdo de lo que escribí en Los compañeros, ni en Los muchachos de antes”, citaba en una entrevista de hace tiempo, haciendo referencia a algunas de sus obras. Tal vez fuera solo un guiño a su vejez, pero a mí se me antojan palabras contundentes. ¿Será que sus experiencias personales y sufridoras eliminarían el lado mas viscoso y destructivo del ego? Apuntemos: ¿cuántos de los escritores, blogueros, predicadores o políticos al uso no se regodean cada día en sus textos o imágenes? Cultos presuntuosos. Pérdida del tiempo. Ahora, El Bolo Flores, escritor largo -poeta, narrador, ensayista- y resistente guatemalteco a quien todas las vicisitudes revolucionarias  y dictatoriales  debieron de poner a prueba su ego, ha muerto en un accidente de circulación. En eso acaba la domesticación o el exceso de ego, en el polvo y las cenizas.




29.7.13

La voluntad de ver en Cristina García Rodero














Despertar a un nuevo día y no ver. Salir a la calle y no ver. No siempre la mirada exterior funciona. No siempre la introspección urgente muestra el paisaje interior. Algunas claves de Cristina García Rodero: "En el mirar está el sentir, está el interrogar, el profundizar." ¿Tan poco habituados estamos a mirar? "Una cosa es ver y otra es mirar. Cuando salgo a la calle no veo nada; sin embargo, cuando cojo la cámara suceden muchas cosas, porque hay una voluntad de ver, de mirar. Y si miras, suceden cosas. Fotografiar es querer ver. Querer ver con sentimiento." Debe ser el valor y el poder de la tercera pierna, que diría Clarice Lispector: "...Sé que únicamente con dos piernas es como puedo caminar. Pero la ausencia inútil de la tercera me hace falta y me asusta; era ella la que hacía de mí algo hallable por mí misma, y sin necesitar siquiera inquietarme con ello." Cristina García Rodero aprendió, aprehendió, y hay que ver de qué manera, con su tercera pierna, la de la cámara. El objeto espera, aunque no se encuentre siempre en el mismo sitio. La mirada, pues, como voluntad. 



28.7.13

La muerte en el búho. Sadeq Hedayat













"¡Solo la muerte no miente! ¡Solo la muerte!", exclama Sadeq Hedayat en su magistral El búho ciego. Pero qué integridad tan poco meritoria, ¿no? En el no-existir tampoco ha lugar para el valor de una integridad humana. No obstante, el pensamiento sirve para comprender de qué somos capaces e incapaces los vivos. Continúa el persa: "Somos hijos de la muerte. Su presencia aniquila todas las supersticiones. Ella nos salva de las falacias de la vida y, desde las profundidades mismas de ésta, nos llama y nos atrae hacia sí." Pensamiento repetido desde las primeras culturas literarias, que Hedayat actualiza. Porque las palabras hay que actualizarlas: aun diciendo lo mismo que los clásicos es preciso volver a pronunciarlas. Solo se me ocurre: lo verdaderamente estimable para los humanos es ir aniquilando las supersticiones en vida. Para evitar que la muerte se apunte tantos que no le pertenecen.



27.7.13

El apocamiento por la grandeza del mundo
















Maestro vedanta advaita Ramana Maharshi: "...la verdad se encuentra más allá de las palabras. No admite explicación." Y sin embargo ¿cómo renunciar a la palabra, una de las herramientas que ha crecido tanto hasta el punto de hacernos creer que ella es la Verdad en sí misma? Las religiones e ideologías que han recorrido el cielo y la tierra de la historia humana han hecho de la palabra su templo (y su fortaleza, y su medio de perseverancia, y su útil de penetración en las conciencias) Probablemente ese uso haya devenido en abuso (y en límite, negación, freno) Hasta el mismo Maharshi, desde el momento que emite una expresión verbal está cediendo a las palabras y, por lo tanto, edificando un determinado concepto. Acaso la verdad no es sino el impulso: algo nada ideológico y sí muy físico, natural. "La verdad carece de sentido, la grandeza del mundo me apoca", escribe Clarice Lispector. Aun sabiendo que la verdad, como absoluto, no se tocará jamás, hay que seguir prospectando por doquier. Para dejarnos apocar por la grandeza pero no ceder a la miseria. Para seguir escribiendo. Para seguir reduciendo la influencia de una verdad ideológica y palpar la endeble verdad de nuestro vivir (ser) cotidiano.



26.7.13

Rizar el rizo: transgresiones















¿Desmerecen o son insuficientes las transgresiones lineales, aquellas que se acometen en el mismo plano o manifestación del ser de cada individuo? Tal vez las transgresiones más auténticas son las que se proyectan más allá del límite de una actividad. Las que se cruzan y aparean con otras manifestaciones con las que, en principio, parece que nada tienen que ver. Roland Barthes, de nuevo: "Liberación política de la sexualidad: es una doble transgresión de lo político por lo sexual y viceversa. Pero eso no es nada: imaginemos ahora introducir de nuevo en el campo político-sexual así descubierto, reconocido, recorrido y liberado...una pizca de sentimentalidad: ¿no sería esto la última de las transgresiones? ¿la transgresión de la transgresión? Porque a fin de cuentas eso sería el amor: que regresaría, pero en un lugar distinto."

E incluso opuesto, me da en pensar. ¿Fusión de lo épico y de lo lírico? ¿Eros y Tánatos cómplices y amantes transgresores en territorios aparentemente de antípodas? La sexualidad que tiende al extremo del aburrimiento reclama incentivarse, recrearse. La política que escora hacia el apartamiento de los ciudadanos se descalifica y requiere una cierta dosis de amor. Uno quiere ver en ese margen recóndito que permanece de concepto generoso y desinteresado entre ciertos individuos políticos (nada de profesionales) una mano tendida. La transgresión natural. La purificación de lo privado y de lo público, en un bucle que se debe mutuamente.



25.7.13

Homenaje al cuchillo














Bermúdez de Castro, arqueólogo de Atapuerca: "Aquellos homínidos no vivían permanentemente en las cuevas. Eran nómadas, se acogían en las cuevas para protegerse o cazar". Y muestra el pequeño cuchillo de sílex hallado, increíble para nuestra mirada moderna y sofisticada. 

Sin cuchillos como el que han encontrado en Atapuerca, datado en un millón cuatrocientos mil años, no existiría lo que hoy llamamos literatura. Ni la ciencia, ni sus aplicaciones, ni la comunicación sofisticada, ni el transporte, ni todas las expresiones del arte...Es decir, ni los homínidos que hoy osamos denominar hombres, aunque aún dejemos mucho que desear para que el término se escriba con mayúsculas. Esa herramienta  -que no arma-  me conmueve, no obstante su apariencia de tosquedad. Y sin embargo fue un invento sofisticado en su momento, que implicaba no solo capacidad mejor y más diestra para la supervivencia, sino también de avance en las capacidades manuales y alimentarias de los grupos sociales de su tiempo. Por lo tanto significa superación (a mayores lo podemos denominar progreso, evolución o perfeccionamiento) Aunque los especialistas ya nos dan pistas e incluso descripciones del uso de ese cuchillo y de tal labor extraen comportamientos y, consecuentemente, proyectan formas de vida de aquellos pobladores del Sur de Europa, cada cual somos muy libres para imaginar. 

Los hombres de la intemperie vivían una simbiosis no solo con el medio sino con su propia experiencia. Aquellos homínidos eran su experiencia y también su imaginación. Eran su acervo cultural y el riesgo y la decisión de probar lo nuevo. No tenían elección, el instinto fue más allá de sí mismo, reconstruyéndose. Antes de la palabra más o menos precisa, y no digamos de la narración oral y de la literatura, existía el impulso del poderoso y sabio instinto. No, es obvio que en principio no fue la palabra, por más que los textos sacros de la cultura occidental la exalte. Mi reconocimiento al cuchillo y con ello quiero decir a quienes lo fabricaron, lo manejaron y se entusiasmaron con el hallazgo y sus resultados. Visto en perspectiva la humanidad es el asombro. La palabra proviene del cuchillo, de muchos cuchillos, raspadores, bifaces, azagayas, arpones...¿No será esta trayectoria lo verdaderamente sagrado?




24.7.13

Clarice Lispector y su pasión














"Para seguir siendo humana, ¿mi sacrificio será olvidar?". Una pregunta que el personaje de La pasión según G.H., de Clarice Lispector, se hace en las primeras páginas. "Ahora sabría reconocer en el rostro corriente de algunas personas que...que ellas olvidaron. Y tampoco saben que olvidaron o que olvidarán." ¿Será también el olvido una especie de aprendizaje a la contra? No se trata de un a modo de desaprender. No es que se desaprenda. Es que se deja de tener interés: acaso por ello también llega el olvido. ¿Como una exigencia de la necesidad de sobrevivir entre la exigente sociedad? Intuyo que estoy empezando a leer un texto nada corriente y tampoco nada sencillo...salvo que entre en mí por las zonas más perceptibles y sensibles de la mente. Las que se apartan de lo lineal y, sobre todo, de lo cultural.



23.7.13

Mariana Alcoforado y sus cartas













Mariana Alcoforado: "...Me consumisteis con vuestras asiduidades, me enardecisteis con vuestros arrebatos, me encantasteis con vuestras complacencias, me convencisteis con vuestros juramentos, mi inclinación apasionada me sedujo y el resultado de estos comienzos tan agradables y tan felices son lágrimas, suspiros, y una muerte funesta, sin que yo pueda hacer nada para remediarlo." Mariana o el lamento, Mariana o la decepción, Mariana o el reproche (hacia sí misma y hacia el otro), Mariana o el dolor del despecho, Mariana o el amor que crece (otros dirían el amor compulsivo) o bien el crecimiento de uno mismo en base al amor, Mariana o el sentimiento (amoroso) inextinguible...No andaba descaminado Rilke al hablar de Cartas de la monja portuguesa de la siguiente manera: "...nunca se nos ha mostrado con tanta evidencia que lo esencial del amor no residía en lo compartido, sino en esto: en que uno fuerza al otro a transformarse en algo, a transformarse infinitamente, a transformarse en lo más extremo que sus fuerzas sean capaces de alcanzar." Que las Cartas fueran escritas en 1669 hace pensar en lo moderna y renovadora que puede ser siempre la literatura. ¿O todo está ya escrito?


Nota. Releer un texto clásico al cabo de los años. Percepciones diferentes, sorprendentes, a medida que tenemos más edad, que entendemos las cosas de otra manera. Recomendable la última edición que conozco (la penúltima, supongo) editada por Libros del zorro rojo, en traducción exquisita de Enrique Badosa y con ilustraciones de Milo Manara.






22.7.13

Caída del caballo de Antonio López














Para Antonio López, eximio pintor realista e hiperrealista, el arte ha tocado fondo: “Está en manos del dinero y tiene todos los fallos de una sociedad prepotente y caprichosa que ha perdido el norte”. ¿Caída del caballo del pintor? ¿Revelación divina? ¿Nuevo descubrimiento de las Américas? Ruego se me permita la ironía. Independientemente del estilo cultivado por López -que no es precisamente, salvo determinadas obras que me pueden gustar un pelín, lo que me lleva al huerto- el pintor y, a veces escultor con su hermano de por medio, tiene que saber de sobra que el dinero siempre ha estado en una especie de esencia paralela del arte. Lo ha sufragado, alterado, condicionado o, simplemente, comprado. De qué manera lo ha enfangado o ha traicionado otras realizaciones lo dejo al imaginarium de cada cual.

A uno le viene a la mente cierto conjunto, ¿monoconjunto?, de la actual realeza española en el patio clasicista del Museo Patio Herreriano, cuya realización dudo haya estado dictada por el arte. Aparte de la irrupción estética inadecuada en el espacio. Entonces, ¿solo está allí instalada por fidelidad de las autoridades o por puro amor al arte de los artistas realistas? Cierto, discúlpenme de nuevo; hoy me he levantado con la pata izquierda. 


21.7.13

La mano de obra guerrera















Para quien se olvide de qué se nutren los ejércitos, tanto en el espacio como en el tiempo llámese historia o patria: "...Todos los que llegaban eran gente pobre. Unos eran peones de hacienda, otros eran de los que viven las orillas de los pueblos y trabajan un día de adoberos y al siguiente de aguadores, otros eran cerreros, gente que vive en el monte haciendo un poco de leña, un poco de carbón, matando un venado. Raro era el que llegaba con un caballo, más raro el que traía una escopeta, algunos llevaban machetes u hoces, la mayoría no llevaba nada. Todos tenían hambre, cosa que habría de convertirse en una de nuestra mayores preocupaciones". Entresacado de la novela Los pasos de López, de Jorge Ibargüengoitia. Pero tamaña historia narrada, novelada, ¿no recuerda acaso y también la procedencia y el destino de la mano de obra obrera? Disculpas: ya sé que es más fino llamarlo incorporación al mercado de trabajo. Por cierto, ¿de dónde vendrá cierta expresión que se nombra como el ejército de parados


20.7.13

El mirall pervers de Francesc Cornadó













Poeta Cornadó:

"El espejo perverso te devuelve mentiras,
se reflejan en él imágenes antónimas
y cuando el sol irisa las gotas de rocío,
este espejo malvado te muestra las culebras"

¿Hay, por ello, que dejar de mirar el espejo perverso, el mirall pervers que dice Francesc Cornadó? Tal vez hay que mirarlo de otra manera. Porque el espejo no está enfrente, cual mero objeto estático. Todo lo que dice es aquello que se expresa dentro de nosotros. Además, el espejo perverso es uno de los cuatro que nos reflejan. Los otros, según el poeta, a saber: el espejo del tiempo, el espejo roto y el espejo cuadrático. Mi opinión es que más que dejarnos engañar por el espejo perverso deberíamos sortear  -las suertes siempre son un tipo de engaños-  al espejo. No hay cuatro espejos, sino cuatro personas del espejo que sucediéndose unas a otras o combinándose de forma aleatoria  -¿o acaso hay un orden recóndito ineludible?-  nos van mostrando nuestro rostro. Sin posibilidad de escape. Para disfrutar léase Los cuatro espejos cuadráticos de Quadreny. Sorprendentes.


18.7.13

Cotidianidad












Las noches de verano huelen a huevos fritos con patatas, suena el clic de la botella sobre un vaso y el chap de una lata de cola que se abre, se escucha el fragor de cubiertos en las cocinas, las luces de los interiores se reducen, llegan a las casas los ecos de las terrazas del vecindario escasamente ocupadas, las voces de televisiones diferentes se cruzan con mayor o menor estridencia. Casi casi son calcos de otros tiempos. Si no fuera porque las tecnologías digitales varias han reconducido las costumbres de la víspera de la medianoche y porque quien más y quien menos todavía se da a unas vacaciones, más breves que amplias, podría parecer que sustancialmente en poco han cambiado las prácticas de los españoles. Haya cambiado lo que haya cambiado, ese mix de vida callejera de poco gasto y la pervivencia de las cenas familiares forman parte del célebre colchón que está conteniendo la marmita social. 

Acaso son estas las pequeñas pero profundas cosas que aún mantienen cierta vertebración -la de las personas, no la de las instituciones ni la de los poderes y regalías- entre nosotros. Si las reuniones caseras, las charlas de velador y los encuentros en las aceras sirven para tocar las llagas y proponer claridades que desplacen fes indeterminadas, bienvenidas las noches de verano. Puede que haya que recordar una vez más a Mariano José de Larra, que en cada línea de cada artículo daba en la diana de nuestra manera de ser: "Borremos, pues, de nuestro lenguaje la humillante expresión que no nombra a este país sino para denigrarle; volvamos los ojos atrás, comparemos y nos creeremos felices". Desde luego al gran reportero madrileño no le faltaba ironía y buena voluntad. Y escaldado estaba. Tal vez porque sabía que no es cosa fácil confiar ni en el de al lado ni en los que confían los de al lado.


17.7.13

La palabra mediana de Barthes














"Al hablar no estoy seguro de que busco la palabra justa; busco más bien evitar la palabra estúpida. Pero como siento cierto remordimiento por renunciar demasiado pronto a la verdad, me atengo a la palabra mediana". Roland Barthes por Roland Barthes. ¿Una solución de compromiso? Ciertamente no es fácil dar con la palabra adecuada en un marco de ideas imprecisas y de otras que se difuminan. Las ideas tienden a desatarse por mucho que se intenten agrupar. No estoy seguro que el lenguaje haya dado con las claves para expresar la verdad. De ahí el riesgo de que lo que Barthes denomina palabra mediana (¿qué media realmente? ¿entre qué términos se sitúa?) no sea sino una forma velada o simulada de estupidez.



16.7.13

Homero Aridjis, trashumante














Poema de Homero Aridjis:

"Tu amor es el caballo de tu espíritu
móntalo con energía
y pasarás galopando el sendero de la locura"

No le parece al poeta bastante caballo desbocado el espíritu de por sí. Esa propuesta de cabalgarlo con sobrepeso ¿ayuda a salvar el bache? Somos trashumantes por naturaleza, primaria y consciente. Tal vez el amor sea accidente o espejismo del camino. Aunque a los jóvenes y a los poetas les guste verlo como acicate o salvación.



15.7.13

Galileo, feliz














Otra de mis secciones favoritas de algún que otro periódico suele ser la entrevista de contraportada. Siempre hay  -a poco agudo que sea el reportero-  alguna brizna luminosa. De una entrevista a Antonio Hernando, científico con cargo de responsabilidad en un área del CSIC:

Pregunta. ¿Cómo se llevan la ciencia y la moral?

Respuesta: Bien. Mientras el cerebro sepa que es mejor no ir a lo bruto por la vida.

Pregunta: ¿Y con Dios? ¿Se hablan?

Respuesta: Dios es la materia. Nos da pistas el catecismo cuando dice aquello de que omnipresente, omnipotente. ¡Son propiedades de la materia! Está clarísimo.

Pienso en Galileo, en todos los Galileos que han sido humillados, perseguidos y menospreciados. Y con cuya memoria no han sido suficientemente justos sus perseguidores tradicionales. Pienso en lo contento que estaría escuchando esta voz clarísima. Galileo, feliz (en lo que quede de él en su transformada y acontecida materia)




14.7.13

Cuerpos en la calle














Yuri Herrera, escritor mejicano: "En estos días siempre estamos caminando junto a un cuerpo tirado en la calle. Ya no es posible hacer como que no lo vemos". Nada de metáforas. La información nos cuestiona. No vale ya cuestionar la desinformación. La crítica es explícita no tanto respecto a los medios como en lo que se refiere a la manera de aceptar y digerir la información por parte de los individuos. El que no sabe lo que ocurre es porque no quiere. En materia de tiempo y de espacio, de cercanía y de lejanía, de calidad y de cantidad. Cierto que hay mucha información velada, desfigurada o dirigida, pero se pueden encontrar alternativas de saber lo que acontece. Error añadido: pensar que lo que ocurre a miles de kilómetros no nos afecta y no llegará. Peor error: perder el tiempo que deberíamos utilizar para comprender y por lo tanto para saber reaccionar.



13.7.13

Chema Madoz: leyendo imágenes














Las imágenes se leen como la cerveza artesanal o trapense se come. Las sensaciones no son solo parte de la realidad; tal vez son una buena parte de la explicación de la realidad. Lo más aproximado a la verdad de las cosas. Chema Madoz construye las imágenes a partir de conceptos cerrados que se han instalado en nosotros, engañándonos de tan obvios que son. Conceptos que recupera para reinventarlos. Para diseñar otro objeto. El ojo ¿ve una realidad o dos? ¿Se impone la que Madoz crea sobre la tradicional que está en lo más hondo de la retina, archivada y clasificada? Por supuesto, los objetos del fotógrafo trascienden su practicidad para instalarse en el goce y el asombro que nos deja pasmados.



12.7.13

Barbara Probst y el arrojo













"Para empezar, soy una niña...", dice la prensa que fue lo primero que escribió Barbara Probst Solomon con ocho años. ¿Frase de obviedad inocente o predisposición inconsciente al arrojo? Barbara saltó a la historia de la audacia con veinte años cuando participó en un plan exitoso para liberar de Cuelgamuros (la construcción del hiriente Valle de los Caídos) a Nicolás Sánchez Albornoz y a Manuel Lamana (andando el tiempo, historiador el primero y escritor el segundo) Tal vez aquel paso fuera una confirmación de su obcecada determinación infantil. O puede que simplemente siguiera el hilo de la aventura de la vida, que nunca sabes hasta dónde te lleva. ¿Cuántos se plantearon en temprana edad algo semejante a ese para empezar de la Probst? 




11.7.13

¿Tedio en Pessoa?














Una de las baldosas de esa habitación extensa que es el Libro del desasosiego: "He llegado a ese punto en el que el tedio es ya una persona, la ficción encarnada de mi convivencia conmigo mismo". Me cuesta creer a Pessoa. No en vano generó tantos otros yo y todas las acciones y pensamientos de sus otros yo como para acabar siendo víctima del aburrimiento existencial. ¿O precisamente fomentó sus constelaciones y las hizo habitar con seres paralelos para evitar sucumbir al tedio que, eso sí, puede acecharnos a los mortales? Su manera de exorcizar la encarnación de la exigente convivencia consigo mismo.



9.7.13

El peligro para Ceronetti.














Guido Ceronetti: "El mayor peligro es la atracción siempre fortísima que para el hombre público ejerce el dinero: eso no es un placer, sino una enfermedad repugnante". Cita oportuna para la época que vivimos. Nada nuevo en la historia. Mal agudo en unos, crónico en otros. Lo malo de esta enfermedad es que se normalice y que sea aceptada por la sociedad como regular e inevitable. Algo así como acontece con el cáncer que se manifiesta en los cuerpos, que ya no es algo a ocultar y si fuera posible a temer más que lo justo. No estaría bien que me reservara la frase que Ceronetti transcribe a continuación: "En lo que respecta al dinero, hay que ser siempre despiadados al controlarlos; destituirlos, o meterlos en la cárcel, o mandarlos al patíbulo, si son avaros". Taxativo el sabio: ¿por diablo o por viejo?

8.7.13

Anima vagula















Fue en los tiempos en que leímos Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Corrió de boca en boca y entusiasmó de corazón en corazón. Los versos del emperador sufrían traducciones lineales que no acertaban mucho y otras académicas que situaban una barrera entre el césar y nosotros los súbditos lectores.

"Animula vagula blandula
Hospes comesque corporis
Quae nunc abibis in loca
Pallidula rigida nudula
Nec ut soles dabis iocos"

Fue un tiempo en que nos escribíamos, nos dedicábamos con entusiasmo libros ajenos -¿puede ser ajeno acaso un libro que nos ha tocado, que nos ha removido o dado placer? ¿puede ser ajeno un libro con el que se nos obsequia y de alguna manera se nos reconoce?-  y nos entregábamos con ellos. La traducción que me hicieron, más libre, pero más ajustada e íntima, decía:

"Mi pequeña alma, errante, cariñosa 
Que habitas mi cuerpo 
Ahora partirás a otros lugares 
Pálida, rígida, desnuda 
Y ya no me ofrecerás tus juegos, como acostumbras."

¿Traducción, dedicatoria o premonición?



7.7.13

Un instante en dos versos de Martí i Pol










Estremecimiento en la nuca leyendo Paraules al vent, de Miquel Martí i Pol:

"Descubristeis que en sólo un instante 
puede amarse como en toda una vida..."

El amor es hijo del viento. De lo que no se detiene, de lo que no envejece, de lo que no se ritualiza. El lector se para y pregunta: ¿cuándo dices, poeta, que sucedió?


6.7.13

Strindberg y su Coram Populo













Regocijo, una vez más, al releer el fascinante CORAM POPULO, un a modo de prefacio dramatizado de la novela Inferno, de August Strindberg. Hilarante anti-mito que satiriza las pugnas en el Paraíso, la tragedia de Dios, el pulso de su contrapoder Lucifer, la crisis del tinglado y la desesperación del autoerigido Creador. Este pequeño tesoro de Strindberg nos lleva a pensar si tiene sentido a estas alturas reescribir la mitología, refundirla o simplemente valorar la existente, y ya bastante olvidada,  en clave de humor. Aquí un retazo:

"...

DIOS (irritado)

Me arrepiento de haber creado al hombre sobre la faz de la tierra; se ha vuelto más fuerte que yo, y no sé ya cómo gobernar a esa multitud de locos y necios. ¡Amaimon, Egyn, Paymon, Oriente, liberadme de esta pesada carga: arrojad el globo terráqueo, sin ninguna consideración, a los abismos! ¡Que la maldición caiga sobre la cabeza de los rebeldes! Colocad al frente del planeta maldito la horca, señal de crimen, de castigos y de sufrimientos.

Entran Egyn y Amaimon.

EGYN

¡Señor! ¡Vuestra cruel voluntad y la palabra pronunciada han obrado su efecto! La tierra ha perdido su órbita; las montañas se desmoronan, las aguas inundan la tierra; el eje apunta al norte, al frío, a las tinieblas; la peste y la hambruna causan estragos en las naciones; el amor se ha trocado en odio mortal, la piedad filial en parricidio. ¡Los hombres se creen en los infiernos, y vos, Señor, habéis sido destronado!

DIOS

¡Auxilio! ¡Arrepentido estoy de haberme arrepentido!

..."



5.7.13

¿La música amansa a las fieras?













Christopher Cerf, compositor de la canción de la serie Barrio sésamo se sintió avergonzado cuando se enteró que la sintonía había sido utilizada para torturar a los presos islamistas de Guantánamo. "Cuando me ponían aquella música de manera distorsionada y a gran volumen no me oía ni lo que pensaba", escucho decir en un documental a un ex-preso que fue puesto en libertad sin cargos tras tres años preso. A raíz de aquello el compositor Cerf indagó sobre la utilización tradicional de la música por parte de los ejércitos en las guerras. La parte bonita de aquel tipo de música llamada patriótica o militar es que dio lugar a brillantes composiciones armónicas, independientemente de sus contenidos y de la exaltación de los valores nacionalistas y militares. No en vano muchos de los grandes y afamados compositores del XVIII y del  XIX  -sí, piénsese en Beethoven y en Strauss, por ejemplo-  contribuyeron también a ella. 

La parte oscura es cuando deriva la música en estridencia, ruidos y volúmenes que atraviesan los tímpanos o generan enorme y destructiva presión sobre otros hombres. Cuando forma parte de la guerra psicológica o de las torturas. Siempre nos parecía un inocente axioma aquello de: la música amansa a las fieras. ¿A qué fieras? Tal vez la realidad ha tornado la oración por pasiva y son ciertas fieras humanas las que maltratan y desequilibran a otros individuos. Christopher Cerf comenta críticamente "que si se utiliza la música para controlar el entorno del individuo y lo logra conseguirá quitarle su voluntad". Esta opinión es aplicable tanto para el enemigo como para los propios. Los soldados americanos en Afganistán o Irak escuchan en sus iPad sonidos fuertes y metálicos, de grupos como Drowning Pool, para abstraerse de todo tipo de sentimientos y luego disparar su adrenalina, que les haga mantener la tensión de sus acciones bélicas. ¿Hasta este extremo se llega que no parece siquiera que sea  inicua la música? Siempre me pareció que las guerras son ante todo alienantes y aniquiladoras de todos los cerebros.


4.7.13

Los obituarios














Soy adicto a la página de obituarios de un periódico de tirada no solo nacional sino, como sus propietarios dicen, global. El término obituario me atrae más que el de necrología. Probablemente porque del segundo se había abusado y ya nos sonaba mal. Óbito es más novedoso que muerte. No sé si por ser esdrújulo y sonar más elegante, o por haberse pronunciado menos. El óbito es un acontecimiento a aceptar, que no a desear, quede claro. Pero no soy adicto a los obituarios por morbosidad, sino por los descubrimientos que nos aportan. A través de ellos me entero que aún existían hasta ayer princesas o reinas en exilios de oro, científicos importantes cuyos nombres y aportaciones  no conocíamos el público, teólogos musulmanes de la liberación como acaece con sus colegas católicos de semejante onda, deportistas desterrados de los periódicos desde que no ganaron etapas ciclistas o marcaron más goles, valerosos exbrigadistas de guerras perdidas, artistas de cine cuya imagen eterniza el celuloide y hasta cierto punto nuestra memoria pero que se han ido pobres, decrépitos e ignorados, dictadores que habían vivido ocultos pero con su calidad de vida consentida...En fin, los obituarios constituyen esa especie de galería de personajes del zoo humano que han habitado durante sus últimos años el silencio. Como aquel caballero mercenario que forzó a cierto rey castellano a una jura perjura, muchos desterrados al olvido ganan su última batalla tras el fallecimiento. En el campo de batalla de los obituarios. 


3.7.13

O'Neill sabía














Un personaje de El repartidor de hielo, de Eugene O'Neill, dice en un momento de la obra: "Para qué queremos la verdad, para eso está la historia". Los acontecimientos  -principalmente trágicos-  que viven los hombres pesan sobre estos como castigo, pero escasamente como expiación. Para que la expiación sea posible hay que tener voluntad de conocer la verdad. No hay otra purificación, con efectos prácticos, que no sea conocer y, sobre todo, reconocer la verdad. Desgraciadamente, solo sigue funcionando una coartada  - probablemente burda-  llamada Historia.


2.7.13

El Fahrenheit larvado en versión de Beatriz de Moura











Editora, musa de editores, casi post editora, Beatriz de Moura: "...No es que haya menosprecio por el libro, lo que ocurre es que en España y en parte de Europa se está dejando de leer". Tal vez sea una versión interesada. Pero me da en la nariz que algo huele a podrido en nuestras sociedades Y la podredumbre es siempre el ámbito de desarrollo de las enfermedades. La alteración de los procesos de comprensión mentales ¿llevará adjunta una sociedad definitivamente líquida y, por lo tanto, más sometida?

Imagino que la editora tiene muchas claves, unas más claras y otras en trance de ser nítidas del todo. Por eso es tan contundente: "Estamos un poco como en Fahrenheit 451: no se queman los libros ni damos vueltas por un parque recitándonos fragmentos pero sí está la atmósfera, la lectura va quedando para unos pocos; no es menosprecio por el libro; simplemente, se ha dejado de leer…” Ahora que pone el símil del parque se me ocurre que también es un síntoma que no se perciba en los parques el comentario de los libros leídos, que se recomendaban o se defendían con ardor en otras épocas. Soledad de los lectores presentes. Rareza de los futuros. El Fahrenheit larvado, pero igual de letal, que nos acecha; sin duda. 


1.7.13

Fragmentaciones













La fragmentación de la escritura. Antes y después, todo es fragmento. Amanece el día y en la contemplación del sol hay fragmento. Nuestra mirada, nuestra pregunta (un día más), incluso la respuesta que nunca obtendremos. Escribimos  -pensamos simplemente-  sobre ello. Y de seguido, se produce una nueva fragmentación. Vivimos la división del todo en fragmento y de cada fragmento en otros más. Y, no obstante, a eso lo llamamos crear. ¿La creación del caos? Sin embargo, ello  -la propia y continua disolución-  es lo que compone no solo nuestros pensamientos o nuestros textos, sino en general cada resquicio de nuestra vida.